Ginebra
Antes de entrar en materia, quería agradecer a makako su comentario. La verdad es que las veces que he estado en la Suiza francesa, los portugueses me han pasado desapercibidos, mientras que en la zona germana se hacen notables, entre otras cosas por su escaso dominio del alemán, las banderas que cuelgan de sus balcones y ventanas haya o no torneos de fútbol, y la cantidad de restaurantes y tiendas de comestibles de productos propios que regentan. Y sin embargo makako tiene razón, y los portugueses son más en la parte francesa de este hermoso país y además son la mayor comunidad extranjera en esa zona, aunque en el global del país sean la tercera más numerosa tras alemanes e italianos.
Y Ginebra es aún más: es la ciudad con la mayor comunidad portuguesa de Suiza. Así que ayer se encontraron como en casa. Recibieron demasiado premio a mi entender para lo que hicieron, pero es que están un punto también física y futbolísticamente por encima de los checos, que lo intentaron todo y a pesar de alcanzar un buen nivel no tuvieron ni la potencia ni la suerte ni, en lo últimos veinte minutos, la fineza suficiente para meter el segundo y ser la primera selección que le daba la vuelta a un marcador en esta Eurocopa.
Los suizos por su parte repitieron en Basilea, pero esta vez tuvieron que jugársela al waterpolo. Y aunque le echaron casta y dignidad, su goleador, otro emigrante inmigrado, que ni siquiera pudoquiso celebrar el primer gol y perdió otras dos ocasiones bien claras, fue el primero en ver cómo su nación de origen y tierra de sus padres sí que se convertía en la primera selección del torneo en dar la vuelta al resultado. Y curiosamente éste fue esperado para los perdedores e inesperado para los ganadores, y esta noche las bocinas sonaron en las capitales suizas moderadamente y no fue por su país. Hoy los periódicos se despertaron declarando el final del sueño. Y pidiendo al menos el triunfo como mejores anfitriones de la historia del torneo.
Y no me apetece hablar más de esta Eurocopa por hoy. Gracias a Dios que ahora mismo no vivo en España, porque somos la única nación en contra de sí misma. Sí yo fuera aficionado del otro equipo grande de la ciudad, hoy me daría vergüenza ajena de mis "compatriotas". No sois españoles, ...