Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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Ti-ti-ri-ti-tí

La afición del Atleti es una extraña secta de cristianos: en vez de la otra mejilla, prefiere poner la otra nalga y financiar el borceguí del que se la patea. De otro modo no se atreverían a enjaretarle otro proyecto cuando aún no es ni primavera en El Corte Inglés. (Cada vez empiezan antes y no es aventurado suponer que un día de éstos se les junten los proyectos de dos años consecutivos.)

Para el de 2006-2007, y como estamos en rebajas, es posible que renueven a Ibagaza (petición unánime de los periódicos y del público) y que, en lugar del aguerrido Aguirre, opten por Murcia, a imagen y semejanza de lo que el Madrid piensa hacer con López Caro.

Dos palabras acerca del pequeño pero astuto interior de enlace. Se diría que “El Caño”, sobre el que habían llovido -injustamente, por cierto- las críticas adversas desde que aterrizó aquí, es ahora otro jugador. Memeces; es el mismo: un buen futbolista al que le faltan kilos y centímetros para ser un crack. Pero sus detractores de ayer lo habían empleado a guisa de ariete contra Bianchi, y el descenso del Virrey a los Infiernos exigía la entrada en la mansión de los dioses del héroe supuestamente preterido por el anterior mister.

Sin embargo, la novedad del próximo proyecto es que, según nos anuncia el turuta favorito de los dueños del club, Gil Marín y su socio ¡pasan a la clandestinidad! Quieren interponer entre ellos y la afición otra figura de paja que absorba los golpes del destino, ese púgil que no se cansa de noquear al Atleti. (Y apuesto a que el año próximo salta de nuevo al ring en su mejor forma, el púgil, no el Atleti.)

Gil Marín y Cerezo necesitan concentrarse en la ciudad deportiva, magno asunto por su olor -en efecto, huele fatal-, y al que no van a dar inicio por las obras sino por la venta de gran parte de los terrenos ¿cedidos, regalados? por el consistorio de Alcorcón.
Me preocupa el paradero de los fajos de billetes.

¿Acabarán en el concreto de las instalaciones, en el socavón de la deuda o en el bolsillo de los dos simpáticos proyectistas de tanta calamidad?

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