Ti-ti-ri-ti-tí
La afición del Atleti es una extraña secta de cristianos: en vez de la
otra mejilla, prefiere poner la otra nalga y financiar el borceguí del
que se la patea. De otro modo no se atreverían a enjaretarle otro
proyecto cuando aún no es ni primavera en El Corte Inglés. (Cada vez
empiezan antes y no es aventurado suponer que un día de éstos se les
junten los proyectos de dos años consecutivos.)
Para el de 2006-2007, y como estamos en rebajas, es posible que
renueven a Ibagaza (petición unánime de los periódicos y del público) y
que, en lugar del aguerrido Aguirre, opten por Murcia, a imagen y
semejanza de lo que el Madrid piensa hacer con López Caro.
Dos palabras acerca del pequeño pero astuto interior de enlace. Se
diría que “El Caño”, sobre el que habían llovido -injustamente, por
cierto- las críticas adversas desde que aterrizó aquí, es ahora otro
jugador. Memeces; es el mismo: un buen futbolista al que le faltan
kilos y centímetros para ser un crack. Pero sus detractores de ayer lo
habían empleado a guisa de ariete contra Bianchi, y el descenso del
Virrey a los Infiernos exigía la entrada en la mansión de los dioses
del héroe supuestamente preterido por el anterior mister.
Sin embargo, la novedad del próximo proyecto es que, según nos anuncia
el turuta favorito de los dueños del club, Gil Marín y su socio ¡pasan
a la clandestinidad! Quieren interponer entre ellos y la afición otra
figura de paja que absorba los golpes del destino, ese púgil que no se
cansa de noquear al Atleti. (Y apuesto a que el año próximo salta de
nuevo al ring en su mejor forma, el púgil, no el Atleti.)
Gil Marín y Cerezo necesitan concentrarse en la ciudad deportiva, magno
asunto por su olor -en efecto, huele fatal-, y al que no van a dar
inicio por las obras sino por la venta de gran parte de los terrenos
¿cedidos, regalados? por el consistorio de Alcorcón.
Me preocupa el paradero de los fajos de billetes.
¿Acabarán en el concreto de las instalaciones, en el socavón de la
deuda o en el bolsillo de los dos simpáticos proyectistas de tanta
calamidad?