Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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La jugada que nunca existió

¿El mejor del Madrid Casillas? No, los mejores del Madrid fueron Daudén y sus mariachis, que enviaron al limbo el segundo gol del Atleti. ¿Por qué lo hicieron? Nadie lo sabe a ciencia cierta, acaso por embromar (graciosos ellos), quizá por cumplir con una vieja y arraigada tradición... He visto docenas de derbis decididos a favor del merengue por árbitros que eran de dos clases: o bribones o cobardes. Creo que Daudén pertenece a la segunda categoría.

El caradura de Valdano aventuró que Perea estaba en posición dudosa (sí, detrás del balón), y se pasó el partido disculpando o enalteciendo a su equipo: "Acusan el esfuerzo del martes" (¡eso en minuto 10!), "El partido ha cambiado de dueño" (cuando el empate de Higuaín), "Qué diagonales tira Raúl", etc., y los tres simpáticos comentaristas que lo escoltaban le dijeron a todo amén, salvo Salinas que no daba crédito a que se le sustrajese al partido la jugada que acabó en el tanto de Perea. "¡Pero hombre!, es penalti o gol" repetía incrédulo. (Al final del encuentro, una reportera se acercó al lateral madridista Torres y, cuando le comentó el asunto, el crío le guiñó un ojo. Vienen al mundo con ese gen.) El propio Salinas, ante el silencio de sus colegas, que pronto pasaron página, se puso a olvidar concienzudamente. Hacia el minuto 23 del segundo tiempo lo había conseguido: "Al Atleti le cuesta una barbaridad marcar un gol". ¡Caramba, Salinas, que ha marcado dos!

Por lo demás, el match entre un discreto Atleti y un fúnebre Madrid brindó, como era de prever, un espectáculo mediocre. Los cronistas hablan del mejor partido rojiblanco de la temporada. Discrepo. Eso sí: tuvo enfrente al adversario más flojo que visitó este año el Manzanares, pues el Real ni corrió, ni presionó, ni maniobró, ni se pasó la pelota… Se limitó a cometer faltas y a atrincherarse en torno a Casillas no bien Torres o Agüero (siempre bulliciosos) encadenaban dos incursiones. La calidad del Atleti, el afán del Atleti, el brío del Atleti, fueron los de otras noches (o sea, los justos), pero su oponente jugó fatal, salvo Casillas, que cumplió a secas, y Daudén, que estuvo sobresaliente.

Todo se redujo a tres o cuatro buenas combinaciones colchoneras, un excelente gol a cargo del "Niño", un buen tanto del Madrid (aunque Zé Castro reaccionase tarde; su problema es corporal y por tanto irresoluble) y la extraña jugada que Daudén, deus ex machina, borró de un chiflazo. En un universo paralelo, Perea marca. En éste, también, pero no vale.

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