Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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Cante tosco

La escolanía de los críticos futboleros (¡oh dioses!, ¿quién los habrá corrompido cuando aún eran unos simples becarios?) recuerda a los tiovivos que chirrían por pereza del feriante, y acostumbra a girar monótonamente (mono-tóntamente) en torno a un lugar común: la falta de entrega y ardor (actitud, dicen hoy) de los jugadores, o la cobardía del mister (fórmula predilecta del gacetillero a lo Miles Gloriosus), o la misteriosa tendencia de ciertos conjuntos a regalar el primer periodo de los partidos que disputan. (Así el Barça al Liverpool, en Amfield Road, o el Atleti al "Recre", en Huelva.)

Pero nadie regala nada, y tanto sentido tiene decir que el Barça o el Atleti le regalaron el primer periodo a los reds o al cuadro onubense como que éstos le regalaron el segundo a los culés o a los rojiblancos.

Sí, los periodistas deportivos son los únicos seres capaces de extraviarse en un laberinto de una sola galería. Topos sordos y sin olfato, con legañas como adoquines, no captan lo que es palmario para el más lego en la materia, a saber: hay una cosa que se llama vigor y que no es sustituible por la técnica (como la clase tampoco lo es por el músculo).

Ciñámonos al cuadro del Manzanares. Es un equipo ni muy fuerte, ni muy veloz, ni muy técnico… Leo Franco, desde que reapareció con sus rastas, apenas interviene (señal de que le chutan poco), pero se diría que ha perdido algo de intuición y de fortuna; Seitaridis tiene cuerpo y toque, pero poca cabeza; Antonio López, que no tiene mucho cuerpo, está (o es) gris; Pablo y Perea se cruzan, pero no juegan; Zé Castro juega, pero no se cruza (su lentitud al revolverse es incorregible y por eso Mouriño no se lo llevó al Chelsea); Pernía es como el caballo de la sabana: está viejo y cansado de la sabana; Luccin y Maniche cumplen con agobios, porque siempre se baten en inferioridad numérica; Jurado va y viene, no lo discuto, pero se desorganiza, chupa y no dispara, salvo tiritos; Galleti es la reencarnación de Aguilera; Mista, un armario de Ikea; por último, el rendimiento de Torres y de Agüero (sobre todo el de Torres) depende de la fase de la luna, de la humedad relativa del aire, del vuelo de los pájaros… (Nos informaron la semana pasada de que el "Niño" consintió en permanecer de corto después de uno de los entrenamientos, a fin de mejorar sus controles y sus disparos, ¡todo un cuarto de hora con sus quince minutos! ¡Qué afán de superación! ¡Qué forma de aprovechar el escaso tiempo de que dispone una figura del balompié!)

No, queridos, el Atlético no regaló la primera parte de su match contra el "Recre", como afirman los que abren la boca por no mantenerla prudentemente cerrada. Un adversario trabajador y con las fuerzas intactas no le dio respiro, y el cuadro del Manzanares apenas logró quitarse tan engorroso pegamento hasta la segunda mitad. Sólo cuando su contrario se cansó, pudo el Atleti maniobrar con cierta holgura. Otra insensatez recurrente: sacar a Costinha en vez de a Gabi habría sido fruto del planteamiento medroso de Aguirre. Gabi es un jugador de técnica mediocre, con poca personalidad y no muy rápido. El domingo (cuando saltó al Colombino) hizo unas cosas bien y otras mal, pero si no desentonó es (insisto) porque el oponente no era ya el de la fase inicial del encuentro.

También hay comentaristas (los mismos que ayer profesaban un amor sin límites al control de la pelota) que piden para el once de Aguirre un juego directo, sin tantos pases; pero la noche de marras, en los segundos 45 minutos, el Atleti no incurrió, por suerte, en precipitación alguna, pero fue la suya una fluidez sin éxito en el encare y en el remate (y aquí a Aguirre sólo se le puede exigir que decrete dos horas suplementarias de adiestramiento en cada sesión para los puntas y los interiores). Otro hándicap: cuando el Atleti consigue empujar al adversario y meterlo en su trinchera, los zagueros rivales no vacilan en cometer una falta tras otra. Saben que, a balón parado, el Atleti es una madre y no de las de alquiler. ¿Las reclamaciones? Al secretario técnico.

En resumen: el proyecto del Atleti marcha viento en popa, o sea, como el del Huelva, el del Zaragoza, el del Getafe... Con una diferencia: los Cazorlas, Uches y Sinamas salieron gratis y a nosotros competir de tú a tú con esos honrados jornaleros del balompié nos cuesta la ruina.

(Miniepílogo.) Ya anunció Cerezo que ganaríamos al Sevilla, al Madrid y seguramente el campeonato. (Sí, cuando el río sea navegable y tú pesques lucios en sus aguas.) No contento con ello, el infalible acaba de vaticinar la clasificación del Atleti para la Champions. Se acabó lo que se daba, amigos.

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