Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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Top-mantas (o el grado sumo de la incapacidad)

Los comentaristas se hacen ahora los locos y dicen no comprender lo que le pasó al Atleti el domingo. Y acuden en busca de explicación a Perea, que no anda sobrado de luces. Pues es muy fácil: perdimos con un equipo de nuestro nivel, poco más o menos, que estaba fatigado, como el Sevilla, pero que no se enfrentaba al Madrid. (Las comparaciones con los merengues, tan del gusto de los periodistas colchoneros, son estrafalarias. El Madrid tiene en casi todas las zonas del campo mejores hombres –o en mejor forma– que el Atleti, amén de otros activos: el miedo de los árbitros, el apoyo de la prensa, etc. Que algunos insensatos preguntasen hace un mes "¿Dónde está el Madrid?", dando a entender que era pan comido, únicamente certifica la muerte cerebral de tales zombis, aunténticos top-mantas de su profesión.)

El conjunto de Aguirre no saltó sonámbulo al césped de Montjuïch, como afirmó el propio mister; pero puso dos medios (no tenía otros) sin las suficientes clase física y personalidad. No obstante, Jurado se vino arriba en el segundo periodo (sobresalió en esa fase de la contienda) y las inclusiones de Maniche, Maxi y Petrov, junto con el cansancio del Español, nos dieron el dominio del match. Sin embargo, no hubo un nueve que resolviese o ayudase a resolver. Peor aún: hubo un nueve rémora: el tal Mista. (Es increíble que nadie se haya percatado del paquete que ingresó en el club allá por agosto, gracias a la sabiduría de García Pitarch y Gil Marín.) Es lento, es torpe, es sucio... Para colmo, una flojedad suya en el centro del campo nos costó el segundo gol, tanto en el que Cuéllar tampoco estuvo feliz. (Por cierto: Cuéllar haría bien en borrar de su camiseta el estúpido "Pichu" que la adorna. Nadie con ese apodo puede llegar a figura.)

Sí, Mista fue el mejor defensa de los "periquitos", y contra él se estrellaron todos los esfuerzos atacantes del Atleti. Aunque hubo otras cosas, como por ejemplo un penalti en el área del Español que no fue señalado. (Las derrotas más simples se componen de aciertos del rival y desaciertos propios, en una proporción que puede variar; en las complejas intervienen también la mala suerte y los errores arbitrales, que sólo cuando son fortuitos forman parte de la mala suerte.)

Eso sí, no os preocupéis. Ahora asistiremos al warm up (que dirían los locutores de la Fórmula 1) del partido contra el Barça, estupenda finalísima en la que blancos y blaugranas se juegan más que nosotros, cara a la cual la atronadora propaganda merengue echará el resto. ¿El papel del Atleti? El de los últimos 20 años: tonto útil.

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