Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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Babayos

‘Babayo’ es un término con el que designan en Asturias al tipo que, por decirlo de una vez, tiene la baba floja y se le cae con facilidad. Abunda en la prensa deportiva; se hace pasar por informador.

Un viaje a Berlín me impidió ver el Atlético – Vojvodina correspondiente a una competición que no es ni la UEFA ni la Intertontos sino un limbo entre ambas. Por Internet pude ver los goles (buenos el primero y el último y algo afortunado el segundo) y leer las exultantes crónicas de los babayos. Al parecer todo cuanto sucedió el jueves fue para frotarse los ojos y abre ante el conjunto rojiblanco una era de esplendor; ojalá que no sea otra fosa. Sin embargo, el Vojvodina de Novi Sad es un equipo que sólo significa algo para los colchoneros de cierta edad. Campeón de la liga yugoslava en 1966, se enfrentó al Atleti en los octavos de final de la Copa de Europa (1966-67) y consiguió eliminarlo contra todo pronóstico. El Atleti, que una semana antes había vencido en el mismo escenario (el Calderón) por 2-0, enjugando así la ventaja que traía su rival de la ida, volvió a superar a los balcánicos en los primeros compases del partido de desempate, hasta adquirir una confortable ventaja (otro 2-0), pero después perdió gas y sucumbió en la prórroga. El Vojvodina actual es un equipo sólo serbio y bastante inferior al Partizan y al Estrella Roja (clubes que también vagan melancólicos por los castillos desmoronados de su pasada grandeur). Sirva el exordio para indicar que el Vojvodina es todo menos una piedra de toque y que el Atleti de este año constituye una incógnita que despejarán equipos de más fuste y torneos más exigentes.

No obstante, el babayo del mes ha sido sin duda el fulano que entrevistó a Cerezo en Ibiza. La conversación tuvo lugar a bordo del yate ‘Atlantis’, propiedad del magnate de la industria cinematográfica. He aquí un resumen del recital de babayadas con ínfulas de diálogo, extracto que trufaré con mis observaciones. La situación y el estilo recuerdan a los de la prensa que unos llaman ‘del corazón’ y yo prefiero denominar ‘del intestino grueso’.

Enrique Cerezo disfruta de unos días de vacaciones en Ibiza. Un descanso al que pondrá un paréntesis el próximo jueves para presidir el regreso del Atlético a la UEFA. El máximo mandatario dejará por unas horas su barco, el 'Atlantis', para acudir al palco del Vicente Calderón. El presidente encara con cautela la visita de la Vojvodina. "No te puedes fiar, pero debemos tratar de sacar una buena ventaja ya en la ida". Retened ese ‘No te puedes fiar’ porque contrasta vivamente con la colección de bravatas que nos endilgan acto seguido los dos interlocutores. Enrique Cerezo es contundente a la hora de valorar a qué debe aspirar el nuevo Atlético. El presidente no comulga con la cautela que impregna cada una de las declaraciones que proceden del vestuario. Es valiente (sic; lo que los argentinos llaman un ‘bocón’ y los españoles un ‘bocazas’). Y pide a sus jugadores que también lo sean. "Quien no crea que con este equipo debemos aspirar a todo, que se quede en casa". Un mensaje diáfano y con claros destinatarios: jugadores, técnicos y dirigentes (sic; el entrevistador procede de un modo rutinario y coloca junto a ‘jugadores’ y ‘técnicos’ un ‘dirigentes’ que hace quedar en mal lugar a Cerezo. ¿Acaso no confía éste lo bastante en la calidad del equipo que debe recurrir a la autoarenga?). "Hemos hecho un equipo para abordar todos los frentes. Quien no crea esto, mejor que no se pase por el Calderón…" La sempiterna apelación a la fe, que en el Atleti nunca ha movido un grano de arroz, tanto menos montañas. Cerezo pide fieles y no espectadores porque le asustan los aficionados capaces de juicio. Además, él y su socio necesitan echar tierra sobre dos apestosos asuntos: el traspaso de Torres y la venta del Calderón. De ahí el énfasis en las bondades del nuevo proyecto.

El Atlético es el segundo equipo del mundo que más ha invertido en refuerzos en la presente temporada. Un dato revelador que obliga a bloquear (sic, qué mal escribe el jodido) la espiral de fracasos en la que está inmerso el club, alejado de los éxitos desde el doblete de la 95-96. Desde las arcas de la entidad se han desplazado (sic; reitero el comentario anterior) 80 millones de euros para reforzar al máximo el plantel de Javier Aguirre. El entrenador mexicano tiene en sus manos uno de los proyectos más ambiciosos del club a lo largo de las últimas décadas. "Hemos hecho el mayor sacrificio económico de los últimos años". La palabra clave no es ‘ambición’, aventurada por el pelota que mamporrea el ego de las masas, por ver si eyacula euforia, sino ‘sacrificio’, muy del gusto de Gil, que nadie usa ya en el fútbol porque es un vocablo empequeñecedor y embustero. Todo ello para reunir a una pléyade de figuras que elevan al infinito (¡sic! Este imbécil debió de suspender reiteradamente en Matemáticas y en Lógica) las posibilidades rojiblancas de recuperar el puesto que la historia le concede". (Otra frasecita hueca; la historia no concede nada que no te ganes día a día, pedazo de zoquete.) "Es el equipo en el que más confianza tengo para conseguir lo que muchos atléticos queremos. A día de hoy creemos que hemos hecho nuestros deberes. ‘A día de hoy’ es pretemporada, y no hay modo de saber si los deberes han sido o no bien hechos hasta que la competición concluya o siquiera eche a andar. Pero Cerezo quiere la matrícula de honor antes de examinarse, dejando entender que, si la papeleta trae un cate, él no habrá tenido la culpa. (Nota bene: el último ‘creemos’ ha perdido la agresividad que exudaba en anteriores párrafos.)

Hemos sido de los equipos que más hemos invertido en Europa. E inversión tiene que ser igual a éxitos", afirma el rector atlético. (Depende. Joan Gaspar tiró centenares de millones a la basura y el compadre de Cerezo, Gil Marín, todos los años contrata ocho o diez jugadores, que nunca vienen gratis. Es verdad que hay una diferencia: Gaspar fue un pésimo gestor a secas; Gil Marín, un Gaspar aprovechado, trincón y okupa.) El cuadro del Manzanares únicamente ha sido superado por el Manchester United inglés en el apartado inversor. En España, en el año en el que más se ha gastado en contrataciones a lo largo de la historia, el Atlético es el rey, superando ampliamente a Barcelona o Real Madrid. Nuevo cúmulo de falsedades, porque la inversión neta del Atleti no ha rebasado los 31 millones de euros. De hecho es uno de los clubes del Viejo Continente que más ha desinvertido, quizá sólo por detrás del Oporto. Conclusión: "Con este presupuesto y este equipo no podemos ser quintos o sextos. Seamos valientes". Ya no habla de títulos. Al final, cualquiera puede colegir que valdría con quedar cuartos.

A no ser que Aguirre o la dirección deportiva aconsejen un esfuerzo de última hora, Enrique Cerezo da por cerrada la plantilla. Es hora de que los dirigentes se retiren a un segundo plano y dejen el protagonismo a los jugadores. La escuadra está ahí y ahora llega su turno. "Hemos hecho nuestro equipo y nuestros deberes. Los dirigentes ya no podemos hacer nada más. Los que deben hablar, sentir y marcar los goles a partir de ahora son los jugadores. Todo el mundo piensa que es un gran equipo y es el momento de que lo demuestren". Ese "todo el mundo" de Cerezo es asaz pequeño; se reduce a unas pocas personas: la familia, Gil Marín, los babayos de la prensa y los botarates de la Universidad de Navarra, que han hecho un estudio según el cual Torres habría sido traspasado por la cantidad adecuada y en el momento idóneo. ¿Cómo lo saben?

La interminable (sic) ambición de Enrique Cerezo no se reduce esta temporada a Liga y Copa. El Atlético ha vuelto a Europa y el presidente quiere que el regreso sea por la puerta grande (sic). "Con estos 24 jugadores que tenemos podemos ganar cualquier cosa". El máximo responsable del Atlético no descarta nada. "Seamos valientes, pensemos en la Liga, la UEFA y la Copa". Precisamente, osadía es lo que quiere palpar en el vestuario que lidera Aguirre y que se muestra cauteloso tras los últimos y espectaculares descalabros. "Hemos reunido a un grupo en el que impera la juventud, el futuro y la valentía".

En fin, la cosa continúa girando monótonamente, como tornillo pasado de rosca, alrededor de la valentía y de su contrario por alusiones: la cobardía, pero hay una referencia al affaire Torres que no puedo omitir.

El presidente estuvo atento al estreno de Fernando Torres en la Premier. "El 'Niño' es un gran atlético y todos deseamos que triunfe en el Liverpool. Sus éxitos serán nuestros éxitos (sic). Y los éxitos del Atlético serán los de Fernando (sic). Sé que va a triunfar en Inglaterra, que es nuestro deseo. Y sé que él desea encontrarse con nosotros en Europa..." Cerezo y el absurdo. En su fantasía paupérrima y demagógica no hay incompatibilidad entre un suceso y su contrario. Torres se ha ido, pero no se ha ido. Marca goles para el Liverpool, pero se los anota el Atleti. Si ambos equipos coinciden en la Copa de Europa o en la UEFA estarán encantados porque (hecho sin precedentes en la historia del deporte) ganando uno ganará el otro…

Tengo para mí que los okupas desean que fracase Torres, porque cada gol que marque recordará a la afición colchonera que ya no está en el Atleti y que Gil Marín y Cerezo lo malvendieron por rapacidad e incompetencia. Los éxitos del "Niño" serán del "Niño" y del club que ahora le paga y los seguidores del Atleti los sentirán como un despojo. (¿O acaso se han celebrado en el Calderón las gestas de Raúl González?)

Cerezo cultiva la gilidez con la fruición de su maestro. Y nunca le falta el socorro de un babayo, de esos que estiman que a Europa se regresa por la puerta grande a través de la UEFA o que el club ha fichado a una pléyade de estrellas (Abbiati, Luis García, Cléber Santana, Simao...). Esta vez acudió el inepto reportero de un periódico que había silenciado la última manifestación contra los okupas y sus tejemanejes. ¿A cambio de qué? ¿De una mahou en el ‘Atlantis’?

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