Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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Majando en hierro frío

"Si lo supieran, se rebelarían".

(Noam Chomsky)

 

I. Los necesitados

Como el resto de los asistentes al Foro Gaudeamus sobre el Atleti y la Prensa, salí sin que nadie me hubiese explicado por qué Peterman es un indeseable que merece el presidio y Jesús Gil, un prócer acreedor a homenajes; por qué Soler es un pésimo gestor y Gil Marín y Cerezo, dos estupendos dirigentes, por qué los okupas del club rojiblanco tienen licencia para fracasar y delinquir y los de otras instituciones no. Son preguntas sencillas, cuyas respuestas están al alcance de cualquier fortuna, pero a las que nadie respondió de manera convincente.

En el foro Gaudeamus los machacas de los periódicos, además de la tradicional cantinela: "El Madrid es el Madrid", repitieron otro archiconocido mantra: "¡Esto es un negocio!". Lo que no aclararon es si el negocio consiste en mentir o en informar. Bueno, a su manera, confesaron de plano. El negocio es el embuste, pero con una particularidad: la trola de uno arrastra a los demás, que la reproducen y amplifican; todos emulan al vecino; no hay contraste de opiniones; si hubiera pensamiento, éste sería único, lo que en la práctica significa que, en materia de deporte, no existe la libertad de prensa o nadie la ejerce.

Después de aquella tarde, leí en Señales de Humo que algunos de los presentes habían interpelado a los invitados en un tono poco amistoso, observación que implica un reproche: la actitud del público no habría sido la mejor posible. También leí que los periodistas (¡ay!) tienen mujer (o marido) e hijos; han de ganarse el pan, las habichuelas, la manduca. Visión patética: los informadores se disponen a dar una noticia veraz y pertinente, por ejemplo: el Atlético de Madrid juega de alquiler en su propio estadio (¡900.000 euros le cuesta la broma!), pero en ese momento acuden a su magín dos bebés famélicos y una mujer llorosa y suplicante, y entonces los informadores, con harto dolor de su corazón, tiran la noticia al cesto de los papeles, y en su lugar, difunden urbi et orbi que el Atleti acaba de inaugurar un Instituto Universitario de Investigación. (Y no falta el alma de cántaro que nos invita a comprender —o sea, a transigir—, pues quienes perpetran el cambiazo lo harían por causa de fuerza mayor. Lejos de mi intención abogar contra la supervivencia de nadie, aunque se trate de un periodista deportivo, pero sí estoy y me declaro en contra de la perversa doctrina que sostiene que vivir entraña fatalmente vivir del cuento. Que se ganen el pan, pero en el Circo Price.)

II. El periodista como parásito de la actualidad.

Ahora bien, incluso abrazando la tesis del negocio (que subordina el relato más o menos fidedigno de la actualidad a lo que enriquece a las empresas de comunicación y alimenta a sus empleados), ¿alguien duda de que la nueva según la cual el Atleti carece de estadio no sólo reviste más interés para la opinión pública que la bobada esa del instituto investigador, sino que, por ende, sería más leída o escuchada, y vendería más? ¿Entonces?

Los periodistas deportivos se dividen en dos clases: los forofos con carné de prensa y los ideólogos. Los forofos son chalados sin luces y sin gramática. Su carencia de sentido común corre pareja con una zafiedad expresiva que se ha vuelto general y a la que pocos, poquísimos, escapan. Y los ideólogos, que tienen alguna luz más y estropean menos el idioma, han asumido como propia la tarea de consejeros y valedores del gran club cuyos intereses defiende a ultranza el medio en el que desempeñan su extraño cometido. Los ideólogos son, para entendernos, los alféreces provisionales del negocio y los forofos, una carne de cañón no menos entusiasta y embustera.

Porque, si pensamos en las 10 ó 12 nulidades (es superfluo citar nombres) que cubren la información del Atlético de Madrid, advertiremos que no se limitan a recoger las migajas de pan y las colas de los langostinos que caen de la mesa de los magnates futboleros, para llevárselos a todo correr a su desfallecida prole. El tipo que entrevista al presidente accidental del Atlético de Madrid y se dirige a él en los siguientes términos: "Enrique, dile algo a la afición…", no está al borde del desahucio por impago de la hipoteca; su actitud es la quien se arroga un papel protagonista y nos deja entrever que posee línea directa con la zona noble del club. Pues bien, son precisamente estos pobres diablos los más perjudiciales, pues con su majadería vaniloca no sólo están contribuyendo a destruir un club de fútbol sino que envilecen su profesión.

En Gaudeamus hubo, como es natural, más forofos que ideólogos. Uno de ellos le espetó a un circunstante que le recriminaba haber hecho caso omiso de la sentencia judicial y no haber extraído las mismas consecuencias que cualquier ser humano en sus cabales: "Eso que sabes tú, ya lo sabe todo el mundo; es ocioso insistir". La verdad es que algunos hemos llegado a saber lo que sabemos con respecto al Atleti pese a este sujeto y sus colegas, que han trabajado de lo lindo para preservar nuestra ignorancia. Ved si no. Los medios que se hicieron eco en su día de la sentencia que probaba MÁS ALLÁ DE TODA DUDA RAZONABLE dos extremos: la okupación del club y las maniobras para descapitalizarlo, colocaron todo el énfasis en la particularidad de que el Atleti seguía en manos de los Gil y de Cerezo, los cuales no iban a ingresar en la cárcel; la condena en sí, que luego ratificaría el Supremo, era un mero tecnicismo legal. Después, los periódicos, las radios y las televisiones han venido respaldando las mangancias del dúo de los proyectos, y ni siquiera se han preocupado de constatar si la sentencia había sido acatada o no por los okupas, quienes fueron condenados a restituirle al club el dinero que no desembolsaron en su día por las acciones.

El lince del todo se acaba sabiendo tarde o temprano (que, para más inri, funge de independiente y crítico), comentó días después de la reunión de Gaudeamus que algunos vivimos tan obsesionados con Gil Marín y Cerezo que preferimos que el Atleti se hunda a que los golfos prosperen (¡sic!). No hay nada personal contra Giles y Cerezos; hay la certidumbre, avalada por un experimento que ya dura 21 años, de que el Atleti ha caído en poder de unos especuladores sin entrañas, los cuales, en contra de lo que simula opinar un tal Abasolo, que les ayudó a eludir in extremis el presidio, tienen un plan que parece más bien una idea fija: explotar el club hasta que desaparezca... fruto de su rapacidad. (Gil Marín y Cerezo no abrigan la más ligera duda ni discrepancia sobre cómo debe ser administrado éste su querido garito.) Pero claro, es mucho más fácil y resultón decir, por ejemplo: "La bicefalia fagocita al Atleti". ¡Bicefalia fagocitante, no te amuela! Los que fagocitan al Atleti son dos redomados bribones que actúan de consuno para beneficio propio y de terceros.

III. El festín

En efecto, tratándose del Atleti, lo que explica la ausencia de toda información relevante a propósito del club y su situación es el dividendo mayúsculo que algunos extraen de la incapacidad rojiblanca para competir. El equipo de Álava es el Alavés; el de Valencia, el Valencia; el de Bilbao, el Athletic,…¿Y el de Madrid? Por supuesto, el Real Madrid. Alrededor de estos conjuntos se teje la habitual y espesa red de patrañas y exageraciones triunfalistas (según su tamaño y poder), pero cuando pintan bastos, los males pasan a situarse en lugar bien visible. Es más puede que incluso sean agrandados y exagerados, a fin de provocar la adopción urgente de remedios. Con el Atleti no sucede igual. Aquí los males, ya crónicos, han pasado a formar parte de la idiosincrasia del club, son un rasgo inconfundible de su carácter, y se da por descontado que proseguirán indefinidamente, o se subsanarán en un futuro siempre por venir y, en rigor, más allá del tiempo.

En realidad, el destino del Atleti recuerda los del Torino y del Everton, instituciones que fueron grandes, pero que ahora vegetan (¿definitivamente?) a la sombra de sus otrora íntimos enemigos: la Juve y el Liverpool. Al Atleti se le ha indigestado el merengue y el merengue manda en el Foro. Pero en todo este asunto, lo decisivo no es el prodigioso declive del Atleti, sino el escamoteo de esta realidad por los medios de comunicación. Aunque claro, si el público hubiese sido puesto al corriente de lo que se tramaba y ejecutaba, tal vez la bancarrota no hubiera llegado a producirse.

No, el problema del Atleti no es la bicefalia de su directiva, sino la oportunísima y clamorosa acefalia de los gacetilleros que se inventan tamañas sandeces. Y no nos enfrentamos a unos idiotas cualesquiera ya que hay motivos importantes por los que tal cerrazón mental está blindada contra toda especie de razonamiento. Mencionaré dos: la formidable presión para que todo el mundo coadyuve a la estrategia de reforzar a un club y debilitar al otro; y el que dicha presión la sufran los menos aptos para resistirse a ella, que son los más ineptos para informar.

Y es de ilusos abrigar la esperanza de que un buen trato a esa canalla incremente las probabilidades de que se corrija. También lo es confiar en ellos porque son del Atleti. Ellos utilizan al Atleti para recubrir sus informaciones con un envoltorio que las haga aptas para el consumo de los aficionados colchoneros (su dedicación al Atleti es una ventaja profesional, amén de un sucedáneo de especialización), pero desde el punto de vista de la actualidad, DE LO QUE PASA Y ES DIGNO DE MENCIÓN PÚBLICA, sus noticias y comentarios son en un 99%, y me quedo corto, irrelevantes o ficticios. (El llamado periodismo de club, en virtud del cual el que informa sobre un equipo ha de ser un hincha más de éste, constituye un pretexto para difundir tonterías y mentiras con perfecta impunidad, como si ser del Atleti, del Madrid o del Puertollano FC autorizase a tergiversar los hechos, a fabricar bulos, en suma: a desinformar.)

La pasividad de la gente es adquirida, no innata. Si el público del Atleti no se rebela contra los okupas, es porque nada sabe, y, si nada sabe, es porque los medios de comunicación invierten no poco esfuerzo y verborrea en mantenerlo en la inopia. No obstante, la única forma de que el periodista no se convierta en un parásito de la actualidad es que contribuya con su labor a que la gente se forme un juicio, siquiera aproximado, sobre lo que está ocurriendo. Y por eso es crucial que, incluso en la puñetera memez del fútbol, se informe con un poco de veracidad. (Una opinión pública desinformada prepara la voladura de la sociedad abierta. No olvidemos que el régimen nazi únicamente fue posible cuando la propaganda sustituyó a la información.)

Pero descuidad, las cosas seguirán como hasta el presente porque del apetitoso cadáver del Atlético de Sebastopol no sólo comen hasta ponerse ciegos los okupas; también, el Real Madrid y el puñado de ganapanes que adultera la información. Cuando han saciado su apetito los leones, llegan las hienas, y, cuando éstas duermen ahítas, es el turno de los buitres. ¡Vae victis!

Comentarios

benbarek72 ha opinado:

yo tengo una duda: de verdad los aficionados colchoneros no saben o, quizá, no quieren saber (porque tienen otras prioridades en la vida) ?

Independientemente de la prensa, lo que ha pasado al club en las ultimas dos decadas, por lo menos a nivel de resultados, es evidente para quien lo quiera ver.

# junio 4, 2008 3:42

Al Capone ha opinado:

Estoy totalmente de acuerdo. Esto ya parece un Thriller Hickoriano en el sentido de que parece que hay como un complot entre presa y los okupas por ocultar la verdad. Para mi es curioso la transformacion que hubo en actitud de los medios de comunicacion contra gil, que en un principio criticaban a este y fue bajar a segunda, y cambio todo, o por lo menos eso es lo que me parece sin haber estudiado el tema a fondo. Imagino que tiene sentido, ya que al madrid le vino muy bien que el Atleti bajara a segunda porque en ese momento dejo de ser un contrincante, y ahora con el hijo si cabe mucho menos por lo que hasta interesa a las grandes cupulas madridistas "apoyar" a los okupas que al fin al cabo el "presi" poso con la camiseta del madrid en su cumple años.

# junio 4, 2008 9:28