Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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El coloso invisible

Los periódicos de Madrid, que hubiesen querido azotar el trasero de Aragonés con el gato de nueve colas por no llevar a Guti y a Raúl, pero que tuvieron que disimular su enojo para seguir vendiendo histeria (ellos prefieren decir ‘historia’), no han retrocedido ante ningún exceso: "Casillas lleva a España a las semifinales", "Casillas acaba con la maldición de los cuartos", bla, bla bla. O sea, ¿qué es España? Casillas y diez más: un gigante de oro y marfil y diez enanitos de barro). No obstante, el artífice de la clasificación no fue el estupendo portero merengue (quien, por otra parte, tampoco había estado precisamente enorme en los primeros partidos) sino un extranjero de color y 32 años, oriundo de Brasil y que se ha puesto una docena escasa de veces la camiseta nacional: Marcos Senna. Él solo oscureció y aburrió a De Rossi y Aquilani y condenó a los azzurri al balonazo frontal desde el área propia o a buscar la cabeza del grandullón Toni desde los costados. (Saquen un vídeo con lo que hizo ayer ese hombre y llévenlo a las escuelas de balompié.)

Había transcurrido buena parte de la segunda mitad y uno de los cuatro inevitables madridistas de la locución siseó entre dientes: "Pues Senna lo está haciendo bastante bien". ¡Bastante bien! Cortó, robó, pasó, ahogó, se fajó, enlazó, chutó, serenó, marcó su penalti y dio un cursillo acelerado sobre cómo debe moverse y actuar un mediocentro; vamos, el perfecto antihéroe. Pero se fue del Prater sin que nadie le dedicara a su gesta ni dos minutos de encomio.

Por lo demás, Italia, que mejor o peor (y esta vez no era muy buena), siempre exige a sus rivales un gran rendimiento, probó que nuestros puntas no son cracks. Torres con España sigue pareciendo un junior y, al igual que contra Rusia, mostró una pobreza de recursos en el juego corto que ojalá pueda corregir algún día (desde el punto de vista técnico, estuvo no mal, sino fatal, y los ralos contraataques de Italia vinieron por estúpidas pérdidas de balón del "Niño" y de Ramos, otro que no aprende); y el crecido Villa se enredó en regates inútiles, que podrán confundir a los suecos o a los rusos pero nunca a los avispados zagueros transalpinos. El último pase de España fue casi siempre defectuoso y, cuando lo hubo boyante, el tiro nos salió por la culata. (Es casi imposible decidir y rematar peor.)

En frente, Donadoni, que había logrado solucionar los problemas de su defensa, por el procedimiento de sentar en el banquillo a ese gorila de discoteca que es Materazzi, no se atrevió a quitar al alabadísimo bigardo Luca Toni (el ogro que poblaba las pesadillas de Maldini y Camacho), quien no sólo no marcó sino que despejó un centro al área de Casillas que se disponía a reventar Grosso. No están los tiempos como para jugar con un ariete mastodonte, que fijará a los centrales adversarios, no lo pongo en duda, pero que también condena a los suyos a una vulgar ofensiva de sota, caballo y rey. Aunque al embotamiento del filo italiano, no me cansaré de repetirlo, había contribuido más que nadie Senna, el omnipresente adalid de España anoche, el cual, impidiendo que el cansancio o la desmoralización partiesen al combinado de Aragonés, nos condujo con firmeza hasta los penaltis. Y luego allí sí, allí los italianos fallaron uno más que los españoles. ¡Tres hurras por Marcos Senna!

Comentarios

supercolchonero ha opinado:

Parece que hemos visto el mismo partido. ¡Menos mal!

Senna enorme; muy bien Puyol y Marchena. Capdevila en su línea. Signos de recuperación en Ramos. Exceso de tiqui-taca entre Iniesta, Xavi y Silva, con momentáneo desconcierto al producirse las sustituciones; luego Cesc mejoró la verticalidad del equipo; Villa y Torres (Güiza) casi desaparecidos ante la defensa azzurra; extraordinario Casillas. Y, al final, empate a cero, prórroga incluida.

Pero pasamos. A ver qué nos depara la semifinal, sin duda tan difícil como el premio merece.

# junio 26, 2008 10:28