Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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Pulga fanfarrona

La técnica de la que se valen los okupas del Atleti para obnubilar a los aficionados es el globo sonda (de esto sabían mucho los nazis). Sueltan al año un millar, de variopintos colores, y esperan el resultado de la operación. Sobreviene entonces un diluvio de rumores y desmentidos, el cual transmite la sensación de que todo es posible. Bueno, todo no: están excluidos los desenlaces felices e incluso normales.

Pero los esbirros de los okupas en los periódicos no se limitan a soplar hacia arriba para que los globos sonda no aterricen antes de despegar; también ejercen de exégetas o intérpretes, pues a menudo los globos sonda de Gil Marín y Cerezo consisten en poco más que el metano de vaca que llevan en su interior; son mudos interrogantes; su estilo es una calculada ambigüedad.

Un ejemplo: los periódicos se han puesto a anunciar una época de dificultades económicas para el Atleti, justo la víspera de que entre en vigor el contrato con Telemadrid. (¿Dan a entender que la vivida durante los últimos años fue boyante?)

El pretexto ha sido la crisis. Apretarse el cinturón es lo sólito en los tiempos de penuria; ergo hay que vender jugadores. Ahora bien, ¿de quién desprenderse? Nadie lo sabe con exactitud; sospecho que los okupas, tampoco.

¡Agüero al Ínter!, ¡Forlán al Manchester City!, truenan los periódicos. Cerezo lo desmiente. Los periódicos insisten; Cerezo, reitera la negativa. Así se consigue que los okupas parezcan la última línea de defensa de la entidad, unos gestores denodados que hacen lo posible y lo imposible para que el club siga creciendo, en la curiosa terminología de Twistface. Eso sí: todos han abrazado y hecho suya la consigna de españolizar el equipo (¡y ole!), sandez reforzada con el latiguillo de que la cantera va a desempeñar por fin un papel de primer orden. ¡Los dioses se apiaden del club!, si del patrón españolista y juvenil es representativa la pareja de medios que pegó el petardo del siglo en Mallorca (y conste que el peor de los dos no fue el de la cantera).

Los dos únicos jugadores de las secciones inferiores que han salido figuras bajo los Gil (Raúl y Torres) no juegan en el Atleti, de lo que se infiere que el cometido de la cantera, según la profunda concepción de Gil Marín, es criar jugadores que llenen de orgullo a los hinchas colchoneros… ¡militando en otros equipos! No obstante, para criar jugadores hay que planificar e invertir, dos cosas que no entusiasman precisamente a Twistface.

Españolizar el equipo es un mero eslogan que obedece a que los globos sonda de los okupas han recabado cierta información sobre la atmósfera hallándola propicia al viraje xenófobo, pues buena parte de los hinchas considera que los jugadores del actual plantel, entre los que predominan los elementos de fuera, no son más que un hatajo de mercenarios peseteros incapaces de compromiso.

Por increíble que parezca, la afición, incluso la que se tiene por muy consciente de los males que azotan el club, juega encantada de la vida a los descartes y a los fichajes, a las altas y a las bajas, a la conveniencia estratégica de vender a "Agüero" para reforzar… la cuenta corriente de los okupas. El feed back está garantizado, y se leen y oyen cosas que empiezan por un: "Lo que hay que hacer es…", "A ver si de una vez fichan a…", embadurnadas con mucho "Atleti for ever".

Ahora bien, el empeño en vivir como si no pasara nada normaliza la anomalía que los okupas suponen y les da cuerda por el burdo procedimiento de estirar el presente hasta un futuro inmediato. Aceptando hablar del nuevo proyecto, los aficionados ya han asumido que lo habrá y que será tan nulo y contraproducente como los anteriores. Con la gente de uñas hacia los profesionales, la próxima operación limpieza está servida. Los amos de la lejía y el jabón "Lagarto" no tienen ni que molestarse en identificar y seleccionar las partes más sucias; les basta con esperar a que se pronuncie la vox populi.

Pero en el futuro inmediato también están la sombra de Florentino y del rearme merengue. Alguien le pregunta a Cerezo qué opina de esta circunstancia. Y él responde: "No hay enemigo pequeño" (¡sic!). El otro, que tampoco es un premio Nóbel, casi se parte de la risa: "¿¡Enemigo pequeño el Madrid, con Kaká, C. Ronaldo, Cesc y Xavi Alonso!?" Pues claro que no, pedazo de besugo, Cerezo quiso decir que, si bien el Atleti es pequeño (impagable confesión la suya), nunca será tan diminuto como para que el Madrid lo dé por chorreado antes de disputar un derbi. ¡El tópico de la cautela, habitualmente esgrimido por el elefante para curarse en salud, convertido en la fanfarronada de la pulga! Es la involuntaria vis cómica de Cerezo.

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