Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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Natalicio

Luchaba la sexta convocatoria del Foro Gaudeamus contra temibles enemigos: la maratón popular, la Fórmula 1 y el bochorno de Santander, y no seríamos más de 40 ó 50 personas las que celebramos los 106 años del club oyendo hablar de su nacimiento (lo que equivalía a subir otra vez en peregrinación al instante inaugural en que los ociosos dioses arrojaron los dados sobre el tapete por vez primera).

Sobre la mañana flotó la pregunta del Segismundo calderoniano, con una tenue variante: ¿qué pecado cometí contra los merengues naciendo? Pues resulta que somos los hijos legítimos de un cabreo del Madrid, cuya derrota en la primera final del Campeonato de España a pies del Athletic Club desembocó en graves insultos a los jugadores vascos, proferidos por algunos hinchas del conjunto subcampeón. Un puñado de estudiantes de Bilbao presentes en el encuentro y algunos disidentes blancos (avergonzados por la conducta de sus camaradas) fundaron el que con el tiempo llegaría a ser el Atlético de Madrid. Así que debemos la existencia al mal perder de nuestro lustroso vecino. Fuimos durante un largo periodo la sucursal del Athletic Club con ciertas obligaciones inherentes (a su triunfo en la Copa del año 11 aportamos medio equipo, aunque el trofeo reposa en las vitrinas de la casa madre). Somos rojiblancos por casualidad, como nuestros ya remotos parientes de "El Bocho", y si no vestimos de blanquiazul como el Blackburn Rovers es porque quien tenía que comprar las camisetas en Londres no las halló y, para no volverse con las manos vacías, se trajo las del Southampton. (Los detalles figuran en la obra de Bernardo Salazar "Cien años del Atlético de Madrid", cuyo único defecto es que consta de cuatro volúmenes en vez de los 10 ó 12 —y me quedo corto— que merecían el tema y el conocimiento del historiador.)

Señales había invitado para la efemérides a Petón, que no vino, imitando la conducta precedente de Rivilla, Collar y otros personajes importantes, a quienes obligaciones ineludibles de última hora impidieron acudir tal y como tenían previsto, etc., etc. Los citados son lo que antes se llamaba ‘gente bien’ o ‘gente de orden’, poco amiga de las algaradas y las protestas, e íntima de los que mandan porque mandan (un motivo de peso) y siempre con importantes asuntos entre manos; jamás tienen el coraje de decir resuelta y francamente ‘no’, cuando te acercas a ellos. Contemporizan, procuran estar en buenas relaciones con todos (pues nunca se sabe) y exhiben unas manos limpísimas de tanto lavárselas. En fin…

Abrió el turno de oradores Ildefonso Ladrón de Guevara, quien declaró su hartazgo del Atleti actual y recordó otras épocas infelices, tiempos sin duda duros, como cuando el Marqués de la Florida desplazó de la presidencia a Cesáreo Galíndez, bajo cuyo mandato el club acababa de renovar su título de Liga (temporadas 49-50 y 50-51). El Marqués provocó con sus torpezas y decisiones absurdas la división entre los aficionados y un declive de la entidad, ¡y sólo estuvo al frente del Atleti durante tres ejercicios! Ildefonso también se lamentó de que prosperase aquel poco feliz comentario de Calderón: "Somos el Pupas", del que los giles han abusado y abusan torticeramente. Aludió a la rivalidad, siempre en desventaja, siempre contra todo y contra todos, con el Madrid, y atribuyó la mayoría de los triunfos atléticos a la personalidad de un puñado de grandes entrenadores: Ricardo Zamora, Helenio Herrera, Villalonga, Marcel Domingo, Luis Aragonés y Antic.

Fernando Sánchez Postigo, por su parte, evocó un balompié incipiente en el que los sportmen llevaban a cuestas los postes y el travesaño hasta el terreno de juego, en el que muchos equipos elegían el color blanco para sus indumentarias pues, de esa manera, vestirse de corto no requería más que quitarse toda la ropa salvo la interior. Era un fútbol en el que se jugaba hasta el anochecer, en campos de tierra o en el césped de los hipódromos, con equipos de once, o de doce (o de los que se presentaran) y en el que no era raro que arbitrasen los propios contendientes.

Bernardo Salazar, que disertó en último lugar, nos situó a principios del siglo XX, y trazó con rapidez un bosquejo del Madrid de entonces, que hervía de cafés y tabernas y donde era costumbre tomar virulento partido por cualquiera de las dos figuras que al público le apetecía enfrentar, se tratase del cuplé, de la política, de los toros, del teatro o del fútbol. Refirió de nuevo las circunstancias del nacimiento y primeros pasos del club. Aun después de independizarse del Athletic Club, para mucha gente siguió siendo el hermano menor del morrosko del Norte. (Tan es así que el Frente Popular al incautarse del club en el 36 adujo la necesidad de "hacer de él una entidad netamente madrileña".) Para Salazar, el Atleti ha atravesado numerosas crisis, pero de todas ellas salió airoso gracias a la intervención de algún dirigente capaz: Rodríguez Arzuaga, Ruete, Galíndez, Barroso y Calderón. (¡Ay, amigos!, todos ellos lo ayudaron a llegar incólume… hasta las garras de Gil, falso deus ex machina, un vulgar bandido con la careta de salvador.)

Soy de los que opinan que la historia no mueve las piernas de los jugadores, menos aún cuando quien los contrata se las forra de plomo, pero es bueno rememorar contra la okupación y los okupas, a los cuales les irrita la memoria porque prueba que hubo vida antes de Gil y que ésta fue, incluso en los peores momentos, invariablemente mejor o más digna que la actual. Por la tarde lo resumiría, breve y certera, una de las pancartas del match contra el Sporting: "84 años de gloria; 22 de escoria".

Comentarios

Javidelugo ha opinado:

El caso de Petón comienza a ser decepcionante. Un tipo listo, inteligente, que se sabe la historia del Atlético y que tiene identificados a los culpables de este progresivo empequeñecimiento, va a resultar ser un cobarde. Todavía estoy esperando que mencione a la directiva cómo responable de algo.

Por cierto, le vuelvo a preguntar por su libro Abrazados a la miseria.¿cuándo se podrá comprar?

Saludos.

# abril 30, 2009 8:28

severino ha opinado:

Amigo Javidelugo:

Como ya le he indicado en otras ocasiones a través de mensajes privados (los cuales, por lo visto, no han llegado a su destino), mi libro "Abrazados a la miseria" no se puede comprar porque no ha sido editado, y las perspectivas de que vea la luz algún día son escasas tirando a nulas.

Un abrazo

# abril 30, 2009 9:07