Abrazados a la Miseria

El Blog de Severino Lorences

Sobre mi blog

Todo escritor es también el primer lector de una obra siempre destinada a otros. Nadie escribe para sí mismo. Asumiré, por tanto, la hipótesis de que estas páginas van a ser visitadas. Es mi blog, pero también el de cualquiera que lo abra. Lo titularé como mi próximo libro: “Abrazados a la miseria”.

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Los picapiedra

El nuevo viejo caramelo, que los okupas del Atleti y los friquis que los secundan y arropan han introducido en las fauces melladas de la afición, es la cantera. Según uno de los más imbéciles periodistas deportivos, se trataría de estimular el surgimiento de otro Fernando Torres. ¿Y para qué? ¿Para regalárselo otra vez al Liverpool? (El borderline es dañino porque la falta de luces degenera fácilmente en bellaquería. El tonto es desconfiado por sistema y abriga malas intenciones para con un mundo que no comprende.)

Ahora se celebra un cuarto puesto en un torneo para niños de primera comunión como el síntoma de que hay brotes verdes en la cantera rojiblanca. Por desgracia muchos aficionados le siguen el juego a los okupas, y respaldarían la inane operación de cambiar a los fracasados elementos de la plantilla actual por otros no menos incompetentes pero de la casa. (Un ejemplo: de los cuatro mosqueteros valientemente alineados por Quique Sánchez Flores ante el tremebundo Recreativo de Huelva, el tal Domínguez es un defensor corriente que no da un pase a un compañero así lo aspen; el punta africano luce una exhuberancia física huera de control, técnica y luces; el mediocentro mañico corre de acá para allá, pero no es rápido y le falta clase, y el guardameta, caballero de fina estampa, está aún por hacer.)

Acorde con la nueva consigna de los picapiedra, el idiota de guardia anuncia: "Habrá limpia el año que viene". (¿Y para cuándo una limpia en las redacciones de los periódicos o en la zona innoble del club?) El tipejo alude al despido de los mercenarios y a su sustitución por colchoneros de pura sangre. Mi consejo es, lo sé, poco o nada promisorio: el que tenga una hernia de ilusión que se la sujete con la mano o que pida la baja y se haga operar. Depositar el anhelo en mocosos de 12 a 18 años implica darles otro lustro de tregua a los inicuos bergantes que minan el club, quienes, envalentonados por la pasividad de la gente, juegan sin ningún rubor a esa forma de la pederastia consistente en manosear alevines, infantiles, cadetes y juveniles para engañar el hambre de títulos y la ausencia de gloria.

Cerezo y Gil Marín no quieren en el Manzanares aficionados al fútbol; quieren palmeros, mariachis que fanfarroneen en las derrotas (y ya no hay victorias, ni las va a haber en adelante) y exhiban una adhesión granítica a unos colores que ellos han transmutado de pinturas de guerra en señas de identidad del fracaso. (Hay pseudoperiodistas que se ajustan a este patrón de un modo tan perfecto que más que profesionales parecen ectoplasmas o clones del sueño kitsch de Cerezo y Gil Marín.) La frase del heredero: "El club debe estar por encima de los resultados" es algo más y de peor índole que el producto de una mente habituada a los embustes. Gil Marín, sobre tener la cara muy dura, es un tipo rastrero, sin otro oficio ni beneficio que el salario escandaloso que le sablea al club y las fraudulentas comisiones que han deparado la bancarrota de la entidad. Gil Marín pretende eliminar la exigencia sin que mermen sus ganancias. Es el marketiniano por antonomasia, el ideólogo que se oculta tras las faldas de la Señora Rushmore, al igual que la Conferencia Episcopal se travestía de Señora Francis. ¿Y qué es un marketiniano? Un ser dispuesto a vender desperdicios al precio de bienes de primera necesidad, sin que nadie pueda tacharlo de vulgar estafador. El marketing es la piedra filosofal de nuestro sistema de producción y consumo, y nos ha habituado a una formidable cantidad de patrañas, oneroso bulto que amenaza con hundir la realidad. Nada se nos muestra ya sin revestir con cinismo una apariencia de mera apariencia, y se diría que lo importante no es el caramelo ni el papel de plata que lo envuelve, sino el hecho de haber sido envuelta una apariencia de golosina en una apariencia de papel de plata. Con el Atleti se ha llegado al extremo de envasar la nada al vacío. Lo han convertido en un equipo perdedor, y por fuerza ha de haber demanda de derrota. ¿Acaso no hay masoquistas?; pues también, adictos al ridículo futbolero. Unos centenares de miles de tan extrañas criaturas, que tiran el caramelo y pagan por reciclar el papel del envoltorio, colmarían la ambición de los okupas.

Como jamás la bicefalia acéfala fue más acusada, ambos bribones dicen lo mismo y acoplan sus voces para hacerse eco el uno al otro. Es lo último en tecnología de la provocación. Así Cerezo aconseja a los "negativos", esos pocos miles de aficionados normales que aún le quedan al club, que no vayan al estadio. (La desfachatez de este majadero es insondable; según él, la alternativa a pagar y aplaudir sería pagar y quedarse en casa.)

Bueno, quedarse en casa es lo que hace ya Gil Marín, que sólo se acerca al club para firmar cheques a su nombre. Ahora bien, me sorprende que no haya sido creada "ipso facto" la peña "Los negativos", precisamente para darle gusto al provocateur Cerezo. (En su lugar alguien, no es difícil adivinar quién, ideó una peña Jesús Gil, lo que equivale a agradecer con una misa haber contraído el tifus exantemático o el cólera morbo).Claro que quizá Cerezo sea el "negativo" de un buen dirigente; sólo que, lejos de contentarse con destruir el Atleti, aspira al aplauso, aunque un duro negociador le haría conformarse con la ausencia de toda discrepancia.

Parecerá una anécdota baladí en medio de tanta categoría, pero los hechos le han conferido un relieve insospechado: tanto Gil Marín como Cerezo fueron madridistas de niños (y no de tan niños); y en el propio consejo del Atleti se sientan merengues que no tienen empacho en proclamarlo. La historieta de que a Miguel Ángel Gil Marín lo llevaba al Calderón o al Metropolitano su tío es una trola más, o lo sería si no fuera porque los okupas han ejercido a la perfección el papel de Quinta Columna del Madrid en el Atleti. Ningún plan para demoler el club hubiese sido tan efectivo como confiar su gobierno a unos delincuentes sin otro horizonte que forrarse a costa de la entidad que parasitan. Los informes acerca del Atleti suelen omitir lo principal: los doscientos y pico jugadores contratados, los cuarenta y pico entrenadores despedidos, las sentencias judiciales, etc.; otro dato demoledor en el que nadie repara: de los 22 años de okupación siete (¡casi la tercera parte!) han transcurrido en torno al monótono drama de la Segunda: tres promociones eludidas in extremis (años 94, 95 y 98), un descenso consumado (año 99), dos ejercicios en el infierno y aún queda por ver qué sucederá en la vigente campaña. Pero como no quieren que nada cambie, los análisis al uso finalizan con el diagnóstico de que lo que le pasa al Atleti es en buena medida "un misterio". Ahora bien, aquí tampoco hay derecho a mirar para otro lado: es la alargada sombra del lobby merengue la que protege y refresca a los okupas y les permite deshacer y saquear a discreción. El enemigo está en casa; es un gorrón con ínfulas de amo que recibe un inmoral apoyo de los que quieren derruir el modesto edificio. Y la mayoría de los inquilinos se muestran imperturbables aunque cualquiera puede ver los bulldozers aparcados en la plaza. Oirán las almádenas romper las paredes y aún se preguntarán qué diablos ocurre. Nunca los ciegos estuvieron más sordos.

Propinas.

1.- (Inocentes.) Fueron a por un dos y les iban a colocar un tres al que apodaban "El hazmerreír del Calcio", cuyo "tres" se fue al Stuttgart, pues hasta para el hazmerreír del Calcio el Atleti es un club poco serio. En el Atleti, el 28 de diciembre dura todo el año, y el que no sepa aguantar trescientas sesenta y cinco bromas pesadas que se vaya del pueblo.

2.- (Héroes.) La frase: "El Atlético tendrá que tirar de épica" para remontar el bochornoso marcador del estadio Colombino es ignominiosa y cursi a partes iguales. Escribí en mi libro "El Rojo y el Blanco" una cosa llamada "Épica para Goliat" que expresa la nausea que me produce el hecho de que los birriosos críticos deportivos de este país glosen humedecidos de placer la no gesta consistente en que el poderoso le sacuda al humilde. Si el Atlético superase al Huelva lo único que haría es cumplir con su obligación de club de Primera que se enfrenta a otro de Segunda. No habría ninguna hazaña, como no la hubo en la carnicería de malteses que años después se reunieron a celebrar los integrantes de una olvidable selección española.

3.- (Inverecundia.) El pseudo-debate pijo sobre si los árbitros perjudican (¡sic!) al Barça o al Real (ayudan y mucho a los dos) tiene la virtud de probar que en el fútbol español y su industria del triunfo únicamente son visibles las dos poderosas instituciones citadas. El resto es como si no existiera y, claro, difícilmente se puede damnificar al que no existe. E'too afirmó el año pasado que ni los merengues ni los culés tenían derecho a quejarse de los árbitros, pero son los que más pían con abrumadora diferencia, efecto reforzado por la circunstancia de que sólo sus lobbies poseen voz. De modo, que la pregunta sería: "Descontando a los infelices espectros que no son el Real Madrid y el Barcelona, ¿a quién cree usted que perjudican más los árbitros? Pues bien, aún así la pregunta rezumaría falsedad.

 

Comentarios

Javidelugo ha opinado:

La función que el lobby mediático le ha dado al Atlético es la de tonto útil y la de simpático perdedor que hace gracia.

Y todo ello, con la oportuna manipulación y protección hacia los okupas que maldirigen la S.A.D.

El poderoso grupo mediático de Prisa es el primero en sumarse a esta cochambrosa farsa. Con sus Manoletes, sus Pikus, sus Ruíz y De la Morena.

Hacen sentir vergüenza a los seguidores del Atlético.

Yo creo que toda esta farsa es un estrategia muy bien planificada por los ideólogos del madridismo para hacer desaparecer a este histórico club.

# enero 12, 2010 8:28