Telegramas desde el Este (1)
Pequeño fiasco de España en su debut; sin embargo, peor fue
el tropezón con Suiza en el Campeonato del Mundo. La extravagante alineación de
Del Bosque no deparó ninguna ventaja visible (ni siquiera la de la sorpresa) y en
cambio sumió a España en la confusión táctica (los jugones se miraban unos a
otros en la primera parte como preguntándose: ¿vas tú o voy yo?). Ni siquiera el
tardío gol de Cesc pareció darle la razón al técnico.
Del Bosque evidenció con exceso de ruido que no confía en
los delanteros. Lo normal hubiese sido alinear a Torres, pero el mister teme sus pifias en el remate.
Salió el Niño y mejoró el equipo y fue más peligroso, pero el nueve del Chelsea
no vio puerta. Un tanto suyo, en cualquiera de las dos oportunidades de que dispuso,
hubiese resuelto la mitad de los problemas de una selección que sigue siendo
favorita, pero que parece vulnerable y algo cansada. Flojos los laterales
(especialmente Arbeloa, un futbolista corriente), algo alocado Ramos, según su
costumbre, e irregulares los medio-centros; tampoco Xavi Hernández está en su
mejor forma, si bien nunca se sintió cómodo en el dibujo de Del Bosque.
Da la sensación de que Italia es más moderna que su Calcio
y que conserva la personalidad, pero dista mucho de ser una squadra invencible. Nunca lo necesitó
para amargarle la vida a cualquiera o para ganar un título. Pudieron vencer los
dos adversarios. La igualada no fue ni injusta ni aburrida.
Una parte maleducada del público silbó el himno azzurro.