Llegó el día, con alevosía, nocturnidad y si me permiten añadir con lo que es peor: en época de veraneo, el “transparente" ayuntamiento del recientemente elegido Alberto Ruiz-Gallardón perpetró lo que tantas veces habían negado tanto él como la concejala, o consejera, o delegada de Urbanismo Pilar Martínez.
El protocolo de intenciones firmado por el Ayuntamiento, la Mahou, y el club Atlético de Madrid para derruir el Vicente Calderón supone el colofón a un proceso opaco de negociaciones mil y una veces negadas que se venían produciendo desde hace varios años de espaldas a madrileños y aficionados del Atleti.
Con este protocolo de intenciones sale a la luz un escándalo de grandes dimensiones ¿Cómo si no se puede calificar el hecho de que los poderes públicos negocien sobre la recalificación y posterior enajenación de un bien con unas personas que lo han adquirido mediante la comisión de un delito de apropiación indebida acreditado por el Tribunal Supremo? Esta recalificación produce además unas plusvalías enormes para los convictos y nulas para la víctima ¿Puede realizarse un acto más inmoral en nombre del pueblo de Madrid? Lo dudo.
Se convierte además el alcalde en cómplice del proceso de vaciamiento patrimonial del Club Atlético de Madrid que está siendo investigado por la fiscalía anticorrupción, que ya ha imputado por diversos delitos a varios miembros del consejo de administración del club, entre ellos a Enrique Cerezo y a Miguel Ángel Gil. Imputación conocida tanto por Gallardón como por su vicealcalde Cobo, por lo que no pueden alegar ignorancia. Saben muy bien lo que hacen, lo que no sabemos los madrileños en general y los atléticos en particular es por qué lo hacen. ¿Qué oscuros intereses pueden hacer cometer tamaño desafuero?
A la espera quedamos, porque no podemos lograr entender que un político con ambiciones como es Gallardón contribuya activamente al expolio de una parte importante de la ciudadanía madrileña yendo de la mano de dos convictos, herederos de una forma de hacer negocios que la Operación Malaya nos está descubriendo.
Ahora entiendo el significado del término “alcaldada”.