en

Este blog

Sindicación

Archivo

Actualidad

Tributo a Luis (III)

Los ojos de un artista

«Del fútbol, como de la vida, hay que saber irse», dijo
 
Ser amigo de Luis Aragonés no era fácil. La amistad es fraternidad. Hay amistad donde hay confianza. Entre Luis Aragonés y yo hubo una cortés relación de respeto.

–Tú escribes en los periódicos y yo vivo del fútbol. Tú, por lo tanto, eres mi contrario.

Me lo dijo cuando los dos éramos jóvenes y sanguíneos: él era ya, en el Atlético, alguien: «El Zapatones», un tío que con sus «zapatones» o «botazas» tiraba a gol con potencia y veneno; yo, sólo un reportero del periódico «Pueblo» de Emilio Romero.

Un día se encaró conmigo:

–No estoy de acuerdo con lo que has escrito. Yo sé de fútbol gracias a mis «zapatones», con los que pateo el balón. ¿Dónde has pateado tú un balón si es que lo has pateado alguna vez?

Era así. Nada opaco. Claro y directo. Nada oblicuo. Al pan, pan, y al periodista, lo que pensaba. No, no me molestaba que me hablase así.

–A ver, ¿qué es lo que te ha disgustado de lo que he escrito? –le dije en tono conciliador.

Me lo explicó. Y aprendí. Tenía razón: había jugado con un dedo –que me enseñó– hinchado. Le pedí perdón.

–Creo que tú y yo –me respondió–nos vamos a entender. Sabes comprender.

Y a raíz de esa anécdota digamos que nació una empática relación de respeto. Jamás me mintió en nada. Siendo seleccionador, le llamé algunas veces.

–Eso no te lo puedo aclarar. Hazme caso a mí y no a los rumores. Tengo problemas con él.

Él era Raúl. Tenía por norma, al parecer, «mirar fijo a los ojos».

–Cuando estoy enfadado con alguien, le miro fijo a los ojos. Los ojos no mienten. Hay que saber leer en ellos. Yo sé leer y quiero que los demás lean en mis ojos como yo leo en los suyos.

Filósofo y psicólogo a su manera:

–Para gobernar un vestuario, antes que entrenador técnico o táctico, hay que ser psicólogo. Helenio Herrera era sobre todo psicólogo.

–Y ¿qué es para ti ser psicólogo de futbolistas? – le pregunté.

Poseía una buena memoria:

–¿Recuerdas cuando te dije que tú y yo acabaríamos entendiéndonos? Psicólogo, en fútbol, es que el jugador me comprenda a mí y yo le comprenda a él, para lo cual hay que «mirarse fijo a los ojos».

–La última vez que hablé con él fue en una cena del Club de Medios que preside Luis María Anson. Era uno de los premiados. Aquella noche seguí aprendiendo de Luis.

–Del fútbol, como de la vida, hay que saber irse –me recitó–. Con el Europeo ganado en 2008, toqué el cielo. ¿Qué mejor jubilación, si bien no pienso jubilarme todavía, que «pegar» a tu currículo un título como el de Campeón de Europa de Selecciones? El fútbol es hermoso. Es –¡ahí queda eso, lo he escrito más de una vez!– el arte con el que disfrutan las gentes.

Visto así el fútbol, Luis fue un artista. Dios, seguro, lo admirará mirándole muy fijo a los ojos.

http://www.larazon.es/detalle_normal_futbol/noticias/5339680/deportes+futbol/los-ojos-de-un-artista

«Prensa, no se venga arriba»

Antonio Sanz

Tengo un testigo de la escena, a quien los jugadores llamaban «el doctor hambre», el médico de esa etapa en la Selección, Jorge Candel. El galeno estaba sentado junto al entrenador en el salón de espera de un hotel madrileño donde pernoctaba España, previo al viaje al Tirol. Era por la tarde y la pareja guardaba silencio, poca comunicación, cierta distancia.

Los observé unos instantes. Con dudas, me acerqué a saludar con recelo. Me decidí porque estaba convencido del mensaje a transmitir. «Hola Luis. ¿Cómo está? Le veo bien», solté tan rápido como fugaz esperaba el encuentro. «Hombre, Prensa, usted por aquí. Está como siempre», me dijo amistosamente. «Más relajado», le respondo. «No me extraña. Ya no está en el Atleti. Entonces, ¿le va bien?», me cuestionó. «Sí, he venido a desearle buena suerte. La buena suerte que usted siempre reclama. Por eso le digo aquí y ahora que vamos a ganar la Eurocopa. Que lo tengo claro», sentencié. «Gracias Antonio. Pero no se venga arriba», me refutó. Chocamos las manos.

Miré a Candel, que ignoraba del todo mi presencia. Me di la vuelta y salí a la calle para compartir un rato con Paredes y Mendiondo, dos excelentes profesionales, dos leales a la causa, dos grandes tipos que siempre ocuparon un sitio discreto en el «staff «de mando. Allí, en pleno corazón del sur de Madrid, en la glorieta de Atocha, les conté jovialmente mi breve charla. «Le he dicho al ''abuelo'' que vamos a llevarnos el título», apuré. «Si es así, estás invitado a la fiesta», me contestó Paredes.

Y ese reto para Luis fue el reto del fútbol español. Era el defensor del cambio, era quien más seguro estaba de que modificar el estilo era el principio del éxito. Tras dos años de convivencia trabajando juntos, su vida se resume en aquella frase histórica que soltó a escasos centímetros de mí en la sala de Prensa: «Esto del fútbol solo tiene un secreto y es ganar, ganar y ganar y volver a ganar, y ganar, ganar y ganar y volver a ganar». Y así durante dos minutos para resumir en este verbo la esencia de la vida. Gracias, «Sabio». Tu leyenda arranca hoy.

http://www.larazon.es/detalle_normal_futbol/noticias/5339541/deportes+futbol/prensa-no-se-venga-arriba

Se puede ser grande

Algunos hemos disimulado lágrimas, otros se han emocionado abiertamente, y casi todos hemos hablado de «Zapatones»

María José Navarro.

Se ha muerto Luis Aragonés, el jugador del que nos hablaban nuestros padres cuando aún nosotros no sabíamos ni lo que era el fútbol, y a los atléticos (sobre todo a los atléticos) nos ha dado mucha pena. Mucha más de la que creíamos, de la que habíamos calculado. Algunos hemos disimulado lágrimas, otros se han emocionado abiertamente, y casi todos hemos pegado un sábado de turra hablando de Zapatones, repasando imágenes, jugadas, el calentamiento en El Plantío y hasta el pelo de la gamba y el trasero de la pipera, que de todo hay y casi todo políticamente incorrecto. Se ha muerto Luis, el centrocampista que limpiaba de patadas la zona por la que llegaba Gárate, el que sin ser delantero marcó más de cien goles, aquel que nos dio Ligas, orgullo, aquel que tenía clarísimo lo que otros no entienden: que se puede ser grande hasta perdiendo. Se ha muerto Luis y lo ha hecho sin que lo supiera casi nadie. Hace unas semanas empezó a sentirse molesto y fue a hacerse unas pruebas. Con la misma cara de siempre, con la misma actitud de siempre, aceptó la enfermedad. Ahora aparecerá aquella prensa que le trató de viejo y de binguero para rendirle homenaje y nada diremos, tan sólo que todos esos voceros estén a la altura. Y vendrán también los que le hicieron la vida imposible entre su llegada a la Selección hasta la Eurocopa y lo harán (digo yo) para reconocer la generosidad de un tipo que quiso hacer feliz a la misma afición que le aborrecía. «Son Vds un grupo excepcional. Si no llegamos a la final es que soy un mierda». Pues la ganó. Gracias, Luis, por volver a limpiar el camino.

http://www.larazon.es/detalle_normal_futbol/noticias/5339486/deportes+futbol/se-puede-ser-grande

Luis, goles y éxitos en rojiblanco

El día que se levantó entrenador y llamó de usted a sus compañeros

Enrique Gozalo.

En veinticuatro horas pasó de las musas al teatro. Una noche se acostó como jugador del Atlético y al día siguiente se levantó como entrenador. Vicente Calderón fulminó a Juan Carlos Lorenzo y Luis Aragonés, 37 años, se hizo cargo del equipo. Comenzó a tratar de usted a sus compañeros y amigos del vestuario, y empezó así una carrera como técnico que culminó en Turquía en 2008 en el Fenerbahce. Varios clubes en su vida (Betis, Barcelona, Espanyol, Sevilla, Valencia, Oviedo y Mallorca pero uno por encima de todos: el Atlético de Madrid, a donde había llegado en 1964 procedente del Betis, junto a Colo y el malogrado Martínez.

El Luis futbolista –«lento como yo», decía ayer un emocionado Del Bosque– comenzó a pelarse con el balón en su barrio de Hortaleza (el sabio era su hermano, reconocía él) para dar el salto al Getafe, por entonces un modesto equipo de Madrid. Hasta allí fueron los ojeadores del Real Madrid para ficharlo y en 1958, cuando España aún supuraba por las heridas de la Guerra Civil, se incorporó a la «casa blanca». No tiene hueco entre los Di Stefáno, Rial y Gento y pese a que Don Santiago Bernabéu, que le ve jugar en los partidillos de los jueves, alaba sus condiciones (el guru del madridismo siempre confesó que se arrepintió de su marcha), Luis es cedido al Recreativo –en Huelva conoció a su mujer –, al Hércules y al Plus Ultra (actual Real Madrid). El Real Oviedo, con el que debuta en Primera en 1960, es su cuarto y último equipo al que va a préstamo. Porque en el Madrid están empeñados en fichar a Isidro, padre de Quique Sánchez Flores, y en la operación con el Betis entra él. Tres años de verdiblanco sirven para enamorarse de Sevilla, para bailar sevillanas con un estilo particular y para marcar 33 goles en 82 partidos de Liga. Con su estilo peculiar, con sus pies planos (zapatones es su nombre) se convierte en un jugador deseado, desvinculado del Real Madrid. Y es el Atlético el que le da la oportunidad. Jones, Adelardo, Mendoza, Collar, Griffa, Rivilla, San Román, Calleja y su entrañable Ufarte, al que llevaría a la Selección como segundo.

Son jugadores de postín con los que el Atlético comienza a ganar títulos. Las peleas con el Madrid, como recuerda Florentino Pérez, eran encarnizadas, pero dentro de una sana rivalidad. Luis adoraba y era amigo de Di Stéfano, y mantenía excelentes relaciones con el plantel madridista. El primer título fue una Copa (con Otto Bumbel en el banquillo) y al año siguiente llegó la primera Liga. El catalán Balmanya era el técnico y Luis le convence de que pueden ser campeones tras una derrota. Sarriá corona a los rojiblancos. Luis es fundamental en el equipo. Sus goles, sus faltas lanzadas magistralmente y su personalidad contribu y en a engrandecer el historial del Atlético. Con Marcel Domingo (1970) llega la segunda Liga. Luis ya es un referente en el equipo. Manda casi tanto como el técnico y sus compañeros le respetan. Su carácter de puertas para afuera sigue siendo hosco, distante, pero su juego le ha convertido en internacional (13 veces vistió «La Roja») y en el maximo goleador del campeonato (16 goles, los mismos que su compañero Gárate y Amancio). Con Merkel, un técnico austro-alemán como Hitlet, tiene sus más y sus menos, pero llega la tercera Liga al derrotar al Deportivo en el Calderón. Luis es un referente del equipo y los atléticos de más edad recordarán los tres goles que le hizo al Cagliari (3-0) en el Manzanares en partido de la Copa de Europa. También había marcado el tanto en la isla italiana. De su mano y con una excelente plantilla al Atlético se le respeta en Europa. Es uno de los grandes, un equipo que juega sin complejos y que se codea con el Real Madrid y el Barcelona sin problemas. Así llega a la final de la máxima competición europea. 15 de mayo de 1974. Escenario, Heysel (Bruselas) y rival, el Bayern de Múnich. Juan Carlos Lorenzo en el banquillo y Luis, en el césped. No hay goles. hay prórroga y una falta en la frontal, escorada a la izquierda, lanzada magistralmente por Luis supone el 1-0. Es el gol más importente de la historia rojiblanca porque quedan dos minutos y el partido parece que está ganado. Hasta que Schwazenberg lanza un zapatazo desde su campo que Reina (padre) no acierta a detener. Ilusiones rotas, triunfo alemán (4-0) en el desempate y la leyenda de «el pupas» en el futuro. Luis Aragonés siempre lamentó la derrota, la mala suerte y el convencimiento de que algo falló.

El Luis jugador se está apagando y llega el Luis entrenador. El Atlético. El del «culo pelao», el de la motivación extra, el que se gana a los vestuarios por su forma directa, y a veces vehemente, de decir las cosas. Y se bautiza muy pronto. Una Copa Intercontinental ante el Independiente, una Copa frente al Zaragoza y una Liga, ganada en el último partido en el Bernabéu. Es su única Liga en su palmarés porque luego conquista tres copas más. Dos con el Atlético y una con el Barcelona. La última como rojiblanco es ante el Real Madrid en el Bernabéu (goles de Paulo Futre y Bernd Schuster).

Gil es el presidente y el dueño del Atlético. El mismo que le pone en la calle cuando accede al poder (1987) y con el que mantiene una relación convulsa, con muchos altibajos, a lo largo de los años. Dos personalidades de carácter fuerte que chocan, que se dicen las cosas a la cara y que conviven por el bien de la entidad. Tanto que su hijo Miguel Ángel recurre a él para sacar del infierno al Atlético, cosa que Aragonés consigue. En el fondo, es un sentimental, tímido, al que no le gusta estar en los focos y que prefiere las loas para sus jugadores.

Una dilatada carrera con el Atlético como epicentro donde logró sus mayores éxitos. Por eso se le quiere y se le venera en el Calderón, su casa.

http://www.larazon.es/detalle_normal_futbol/noticias/5339875/deportes+futbol/luis-goles-y-exitos-en-rojiblanco

La última conversación con el más grande

José Miguélez

Cuesta no llorar. No han pasado ni dos meses de aquel encuentro, de la que fue sin entonces saberlo nuestra última de tantas conversaciones, la que ya queda como su entrevista final. Aquel día tocó el Luis Aragonés cautivador y cercano, el cariñoso, el hablador también fuera de micrófono. No siempre era así. Sentados alrededor de una mesa interior del Imanol de Diversia, en Alcobendas, muy cerca de su domicilio, Luis se puso a reflexionar desde la primera pregunta sobre la evidencia de que ya no iba a entrenar más, de que estaba retirado, de que había que considerarle pasado. Aunque ya entonces combatía contra la enfermedad, no parecía la salud lo que le empujaba a hablar así. Pero a través de esas respuestas, sin proponérselo, fue redactando su epitafio.

¿Y qué le decimos ahora a los niños que se han quedado ya sin verle? ¿Quién fue Luis Aragonés?  “Un buen jugador y un buen entrenador. Poco más. No tengo un elevado concepto de mí mismo. Simplemente creo que he hecho las cosas como debía. Con errores y aciertos, pero nada más”. Aunque Luis Aragonés sabía que ha sido mucho más que eso, prefirió dejar ahí su autodefinición. Pero a lo largo de la charla, mientras verbalizaba públicamente por primera y última vez su adiós del fútbol, a Luis se le fue cayendo la convicción íntima de que no había recibido la consideración que su enorme figura se había ganado: “Yo le debo todo al fútbol. Pero el fútbol me debe algunas cosas, porque me he dejado la vida”. Esperaba más del Atlético y la Federación española, las dos instituciones que encumbraron su carrera. También de la prensa y el balompié como término abstracto, esa Copa de Europa que acarició tras un gol personal de falta y que se quedó sin conquistar. No destilaba rencor, pero sí mucha melancolía.

Nada más publicarse la entrevista, interpretada como el anuncio inequívoco de su retirada, la gente (el fútbol y los medios) se dejó llevar por un impulso inmediato, espontáneo y casi abrumador de saldar esa deuda pendiente de gratitud con su obra. Pero a la que asomaron los homenajes y el reconocimiento, fue el propio Luis, incomprensiblemente pero muy en Luis, quien los zanjó en secó. Prefirió irse sin emocionarse. Sin leer o escuchar lo que merecidamente hoy se va a decir de él, y que ya hace dos meses estaban todos dispuestos y decididos a expresarle. Que ha sido el más grande, posiblemente el personaje más importante del fútbol español; el Atlético de Madrid en primera persona; el autor de La Roja.

Y también un reto periodístico, una maravillosa aventura, por esa desconcertante habilidad para combinar el arte de marcar bruscamente las distancias con el encanto irresistible de acortarlas del todo. Con Luis Aragonés podías encontrarte lo mismo en mitad de una acalorada y desagradable discusión que conversando cordialmente del fútbol y de la vida alrededor de unos vasos de cerveza. Como en esa última entrevista en la que se despedía. Unas veces Luis era un no tajante y otras era un gigantesco y generoso sí. A la vez un jeroglífico indescifrable y un libro abierto. Un personaje fascinante e irrepetible. Con sus seguidores y sus detractores, también entre el periodismo. Sin ser su amigo, yo pasaba por ser de su ejército. Muy de Luis, luisista, como tantas veces me tiraron en forma de acusación algunos colegas en el fragor de las tertulias. Luis deja un vacío, pero también un legado. Un puñado de emociones generales y recuerdos personales que ahora se acumulan; un par de consejos, unas pocas broncas y unas treinta entrevistas. Mañana en el Calderón yo también cantaré su nombre. Se va el más grande. Adiós Luis, gracias por todo.

http://vozpopuli.com/deportes/38225-la-ultima-conversacion-con-el-mas-grande 

Luis: Del Plus Ultra al gol de Torres

Ramón Trecet

El Plus Ultra vestía camiseta azul y pantalón blanco, el presidente era el sr. Borrachero y era el equivalente al Castilla en la època de la Guerra Civil, que  como todo el mundo sabe duró en Madrid hasta el año 1959, con la llegada del Plan de Estabilización de los López y Ullastres.

Luis Aragonés llegó al Plus (que era como se llamaba al equipo entonces) despues de haberse convertido en el rey de los cedidos porque asi lo quería el Sr. Malbo, que era el que dirigía las categías inferiores del Real Madrid. Las cesiones eran a equipos de la zona, porque viajar en aquel entonces era muy complicado. Luis era un futbolista producto de una situación social muy tercer mundo, muy pais aislado, muy Madrid poblachón manchego, que decía Cela. Luis no era de Madrid, porque su pueblo, Hortaleza, todavía no formaba parte del casco del poblachón. Por no haber no había ni bolsas de deportes y las botas mejores que había, eran las botas Matollo.

Para cuando a Luis Aragonés se le planteó la posibilidad de ir a un equipo estable, El Real Betis Balompié, Luis tenía más kilómetros  en sus piernas que el tranvía 61, que iba a  Conde de Peñalver, como ahora el autobús del mismo número; PORQUE…

Academia de corte y confección

Sabañones, aceite de ricino

Gasógeno, zapatos topolino

El género dentro por la caló

Para primores galerías Piquer

Para la inclusa, niños con anginas

Para la tisis, caldo de gallina

para las extranjeras, Luis Miguel

Para el socio del limpia, un carajillo

para el estraperlista, dos barreras

para el Corpus retales amarillos

que aclaren el morao de las banderas

Al día siguiente hablaban los papeles

de Celia, de Pemán y del Bayón

Enseñando las garras de astracán…

Al día siguiente hablaban los papeles

de Gilda y del ATLETI DE AVIACIÓN

"De purísima y oro" Joaquín Sabina, al que algún día habrá que… Manera de perder.

Mi amigo Adolfo Vicente me pasa la letra de este retrato del Madrid/Posguerra. Un abrazo.

Ahí surge Luis Aragonés, un superviviente, como todos nosotros,mayores de 65 años, todos vosotros, menores de 35 años.

Su primera estabilidad, el susodicho Betis. Luego, el Atlético de Madrid tiene un nuevo presidente que  invierte, estadio nuevo, fichajes de postin: Llorens, Martínez, Luis Aragonés, vienen del Betis. Se construye el estadio Vicente Calderón.

Cuando Luis llega al Atlético de Madrid, tiene más experiencia en esto del fútbol que Fernando Fernán Gómez escribiendo "Las bicicletas son para el verano". Es un joven/viejo de la época. Se hace con el vestuario enseguida. Todo el mundo sabe que puede ser un entrenador especial cuando lo deje. Mete el gol de su vida en la falta que adelanta al Atlético de Madrid frante al Bayern, con toda la tragedia deportiva posterior.

Cual Simeone ( al que dijo "¿a qué esperas?" cuando el argentino le dijo que podía ser entrenador del Aleti) se hace cargo del equipo tras diez jornadas de liga siendo entrenador anterior Juan Carlos Lorenzo. Le imprime el carácter, la personalidad, la imagen de marca que es ATLETI para el resto de los tiempos. Veleidoso, el fútbol le saca de un equipo y le pone en otro. Da igual. Va afinando su quehacer. "Míreme a la cara" le dice a Romario, en escena captada por las cámaras y que en otro pais daría para una película; pero claro necesitamos gente que crea en este pais. Si no, la pelicula la harán los ingleses. Un día, con la idea muy clara de lo que quiere para su equipo síntesis de todos sus conocimientos, La Selección Nacional de España, decide interiormente que para que todo cristalice, va a contar con unos jugadores determinados y que desgraciadamente, en el triaje, van a caer figuras de mucho valor. Y da un paso inédito. Convoca una rueda de prensa con Raul para decir a todo el mundo que no cuenta con él, no porque no crea en sus virtudes, sino porque va por otro lado, por otro camino, otras esencias; no se le entiende.Yo tampoco lo entendí. Ahora miro para atrás y me doy cuenta de la grandeza del individuo. Tenía grabadas a fuego de la experiencia las condiciones necesarias para poner en marcha una línea de trabajo que po día dar resultados brillantes: 

Cuando Torres  llega al balón un centésima de segundo antes que Lehmann y mete el gol de su vida, mientras el balón va inexorablemente camino del ángulo inferior derecho de la porteriía alemana, soplando cual Eolo, en sus casas, están Rivilla, Callejo, Calleja, Gárate, Marcel Domingo, Vicente Calderón…. Cada uno dondequiera que estén, del planeta o del universo.

Luis ha conseguido vencer los complejos de inferioridad que dimanan de la  pertenencia a la posguerra más larga de Europa de todos nosotros.  Al hambre material y espiritual. A la identidad confundida del fútbol español, que puede seguir adorando a Belauste " A mi Sabino que los arrollo" porque fue heroico, pero cincuenta años despues tiene un ADN distinto. Cada partido de la Eurocopa 2008 se afronta con una charla en la que el tema central es: "Son muy buenos. Pero nosotros somos mejores, CREEDME".

Terminado el Europeo, Luis deja la selección. Se pierde en el quehacer industrial del fútbol siglo XXI. Curioso, Luis y Vicente, los dos fracasan cuando pierden raices. Vicente puede volver a ellas continuando la obra de Luis. A Luis Aragonés en cambio no le dan bola a su nivel… Porque es 'viejo'.

¿Tendremos alguna vez como sociedad la suficiente grandeza como para acreditar con su valor perenne a nuestros líderes, creadores, antes de que se mueran? ¿Sería mucho pedir que la Copa pasase a llamarse Copa Luis Aragonés?

Porque sin el Luis Aragonés de 2008, no hubiese sido posible el Mundial 2010 ni la Eurocopa 2012

¿Seguiremos siendo mezquinos, cainitas con nuestros héroes? 

http://deportes.terra.es/ramon-trecet/blog/2014/02/01/luis-del-plus-ultra-al-gol-de-torres/
Publicado feb 03 2014, 09:01 por SDHEditor
Archivado en:

Comentarios

Aún no ha hecho nadie ningún comentario. Escribe alguno y sé el primero :P

AVISO LEGAL - Esta web pertenece a la ASDH, sin relación directa alguna con la sociedad Club Atlético de Madrid SAD. El uso de cualquier marca propiedad de la última se hace de modo nominativo y en ningún caso con fines comerciales o de intento de confusión de marcas. Así mismo SDH no se responsabiliza de las opiniones de sus colaboradores, foristas, etc...

Ofrecido por Community Server (Non-Commercial Edition) Football Supporters International Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español Asóciate al Atlético Club de Socios a través de Señales