El Blog de Bernardo Salazar

noviembre 2007 - Artículos

TRANQUILA DECEPCIÓN

Me costó encontrar mi vieja bufanda rojiblanca, la de los setenta, que he lucido por media Europa y numerosos campos españoles cuando no era peligroso hacerlo.

En el metro, por vez primera en muchos años, había más pasajeros con faldas que en pantalones, pero con piernas peludas.

Al acercarme al Manzanares tuve que atravesar una inquietante humareda rojiza, mirando hacia mi derecha que no fuese a alcanzarme alguna de las numerosas bengalas voladoras que no sé quiénes y por qué arrojaban en medio de la calle.

Diez minutos antes de comenzar el encuentro los graderíos presentaban un aspecto desolador. Parecían albergar más escoceses que españoles. Luego las gradas irían adquiriendo el aspecto habitual, con sus cánticos y coloridos.

La salida del Atleti fue frenética y en los primeros minutos pareció que asistiríamos a un nuevo festival goleador. Pero no.

Los jugadores locales se dieron cuenta que no había rival sobre el campo y decidieron moderar sus esfuerzos pensando en mayores logros.

El Aberdeen no mostraba peligro alguno a pesar de las deficiencias técnicas y físicas de la retaguardia madrileña, una vez más puestas de manifiesto, pero pasaban los minutos y el cero a cero permanecía inalterable en el marcador. Se rozaba el descanso cuando, por fin, Motta lanzó un pase vertical en profundidad que Agüero aprovechó para forzar el penalty. Esta vez no fue el fallón Maxi sino Forlán quien se convirtió en acertado ejecutor. Uno a cero.

Durante el descanso comentamos la inocencia de los escoceses, la inseguridad que transmite Abiatti, el esfuerzo de López para adaptarse a la diestra, lo absurdo de cubrir dos de las plazas reglamentarias de extranjeros con brasileños (¿) de escaso nivel como Cleber y Eller, la decisión de Aguirre de sacar a Agüero en la alineación inicial y el fútbol excesivamente horizontal del equipo rojiblanco, donde sólo el Kun y Forlán demuestran poseer talento y calidad.

La segunda parte fue peor. Sustituido el pibe argentino por Simao, apenas hubo destellos de buen juego. Los inocentes escoceses veían una y otra vez como les llegaba el balón a sus pies y no sabían que hacer con él. A pesar de la mínima ventaja ni uno de los espectadores atléticos veía peligrar la victoria, aunque en este juego nunca se sabe. Simao aprovechó una falta y con carambola entre poste y meta rival obtuvo el gol tranquilizador. Desparecieron del césped Maxi y Forlán y se acabó el fútbol definitivamente. Pases y más pases entre los defensores rojiblancos, incluso el portero, constantes pérdidas de balón, escasos acercamientos a la meta escocesa, y eso que parece gustar a Aguirre de dominar el tiempo del juego, algo quimérico ante la escasa calidad técnica de la mayoría de sus hombres.

Llevo varios años escuchando y leyendo a los sabios mediáticos de nuestro fútbol expresar la bonanza de la calidad de la plantilla atlética. Me gustaría que alguna vez me explicasen qué entienden por calidad. Repasen las plantillas que desde el incalificable descenso a Segunda División ha tenido nuestro equipo y díganme el nombre de una docena de jugadores de calidad técnica notable que hayan vestido de rojiblanco en estos últimos ocho años.

Así nos ha lucido el pelo.

En fin, un partido tranquilo en el Manzanares y un fútbol ramplón y decepcionante ante un pequeño rival.

Posted: 30 nov 2007, 06:31 por bsalazar | con 5 comment(s)
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TRES PUNTOS MUY RICOS

El Atleti ganó ayer en los minutos de prolongación y gracias a un gol marcado en propia meta por un defensor rival. Menos mal que Pedro López acertó a conectar su cabezazo suicida, porque, en el caso de no haber tocado el balón, es probable que el posterior remate del jugador atlético situado a sus espaldas hubiese sido invalidado por fuera de juego.

 

Hubo que marcar cuatro goles para obtener la victoria ya que después de año y medio al frente del equipo, nuestro simpático entrenador no ha sabido corregir los graves errores de la defensa rojiblanca. Da igual quiénes sean sus componentes. Los fallos individuales que pueden suceder a cualquiera de ellos no tienen la corrección oportuna porque la táctica defensiva brilla por su ausencia. Es el caos total.

 

Esta mañana me deleitaba con la lectura del triunfo milagroso en los tres diarios deportivos madrileños.

LOCURA Y ÉXTASIS, pregona el Mundo Atlético que cierra su ejemplar con la página que alguien le escribe a Pantic: UNA CURIOSA VICTORIA.

En los dos boletines oficiosos del madridismo triunfante, Alberto R. Barbero titula EL CALDERÓN PERJUDICA SERIAMENTE LA SALUD en su crónica de Marca, mientras que Iñako Díaz-Guerra proclama en AS, MILAGRO EN EL CIRCO DEL CALDERÓN.

¿Recuerdan titulares parecidos en los numerosos partidos con que nos han obsequiado en los últimos tiempos a orillas de la Castellana? Remontadas heroicas, el espíritu de Juanito, el miedo escénico del Bernabéu, una liga ganada en varios partidos con gol en los últimos minutos...

 

Nuestro campo, incluso para quienes dicen ser atléticos, es un circo o perjudica seriamente  la salud.

Pero si ayer sólo nos faltó salir camino de Pirámides cantando a coro mientras se ondeaban las bufandas rojiblancas: ¡ASÍ, ASÍ, ASÍ GANA EL MADRID!