Un recuerdo sin importancia (15/04/2004)
El 14 de mayo de 1.977, aproximadamente a los 10 minutos del partido que disputaban en el Bernabéu el Madrid y el Atleti, Luiz Pereira recibió un balón muy cerca de su área, giró su cuerpo e inició lenta y confiadamente el movimiento propio de una cesión a su portero, a lo que el delantero blanco Jensen, fogoso y atento, respondió con velocísima carrera y máxima ambición, espoleado por su público, saboreando ya casi ese robo que iba a propiciarle una ocasión de gol más que segura. Pero Luiz Pereira, amagando el pase, volvió a girarse violentamente llevándose la bola de tacón, despacito, hacia afuera, mientras el danés, que a última hora se dio cuenta del engaño, caía estrepitosamente al suelo al intentar rectificar su posición sobre la marcha. Pereira, entonces, se la entregó a un compañero que tenía a tres metros, esperó el regreso del amoscado Jensen y, haciendo gala de la más magnánima de sus sonrisas, acarició los largos y rubios cabellos del rival, brillantes como el trigo bajo el sol de primavera.
Ochenta minutos después, el Atleti era Campeón de Liga. Y es que sólo con fútbol se gana al fútbol. Sólo siendo grandes de verdad. Lo demás, flojas victorias de momento, modestísimos cantos de cigarra.