A partir de ahora exigiré esa salida. Por otro lado,anécdota personal, viaje con retraso de media hora más 90' de vuelo con un niño de poco más de un año hiperactivo, todo el camino tratando de aplacarle, avergonzadísimo, y llegados a Madrid mis compañeros de fila empiezan a babear al distinguir la chatarra denominada la saeta, que si tal... (vikingadas estúpidas, vamos). Hasta el desembarque - más de media hora- el niño pisoteándoles,berreando con el absoluto beneplácito del "supuesto" padre, lástima que no se hubiese cagado en ese momento para rebozarles, accidentalmente, el pastel.