Menos mal que en esa empresa hay referencias para los rojiblancos de tal magnitud como De la Morena, Manolete, A. Ruíz o F. J. Díaz (apodado Piku), porque sino pensaría que están trabajando duramente para los ilegítimos propietarios del Atlético.
Es ironía, aunque por desgracia algunos colchoneros creen que esos impostores y bufones sí tienen algo que aportar. Cuando hagán del Atlético filial del Madrid, ya me contarán.
No me cabe ninguna duda de que si este poderoso grupo mediático quisiese echar a los actuales directivos del Atlético, no duraban ni dos meses. O por lo menos les harían la vida imposible hasta que vendiesen. Recuerdan el via crucis de Juán Soler. Y eso que aquel no fue condenado por quedarse un club indebidamente, como sí lo fueron los del Atlético.
Por el momento habrá que conformarse con el repentino cambio de línea editorial que sufrió ese panfleto llamado Marca. Ojalá que el mosqueo por no ser el confidente de cabecera del máximo accionista les dure bien tiempo para beneficio del club y de los aficionados asqueados de tanta mentira y manipulación.