A la atención de los srs. Gil Marín y Cerezo Torres.
La apropiación indebida,
debidamente distorsionada/silenciada por buena parte de la prensa de
entonces, es un HECHO y se está dando a conocer a los que creen que áun
“pusieron el dinero” en su versión pura últimamente.
La pérdida de identidad y competitividad del Club,
es un HECHO, reflejado en la escasa pervivencia de símbolos y
costumbres propios del Club, así como de la incapacidad en ganar título
alguno durante 13 años. Ni siquera presentarse en una final. Ni, como
ínfimo consuelo, ganar a nuestro enconado rival durante la friolera de
10 años.
La caótica gestión económica, es
un HECHO; relevante, cuanto ni menos ha motivado la dimisión reciente
de su vicepresidente económico, así como la paulatina degradación de
parabienes económicos fijados en la “operación traslado”, donde las
últimas informaciones económicas apuntan a que el Club acabará
perdiendo algunos millones de euros en la misma. Existen así mismo
rumores fundados sobre el impago de parte de las fichas de los
jugadores, con un montante de la deuda que algunos periódicos
económicos cifran en torno a los 500 millones de euros.
La inestabilidad permanente en que vive sumido el Club, así como la desconfianza
que su alargada en el tiempo gestión viene produciendo entre los
aficionados, está acabando por crear un clima en el seno de los mismos,
donde es palpable que la desesperación está comenzando a dar paso a la
ira.
Por todo ello, y cientos de detalles que no
encontrarían cabida en este texto, una parte cada vez más en auge y
comprometida entre los propios seguidores del Club Atlético de Madrid, le pedimos nos informe públicamente sobre el valor estimado del Club.
Para con dicha información, sopesar y profundizar
en el modo de hacerlo llegar de nuevo a sus socios, abonados y
simpatizantes, antes de que la actual caótica y encrespada situación,
derive en términos que no sean acordes al civismo y la marcha
normalizada de un Club de Fútbol entre sus seguidores y gestores.
Piénsenlo.
Nada dura eternamente, y la Grada del Calderón,
así como los miles y miles de seguidores en el ámbito nacional e
internacional, cada vez se muestran más contrarios y reacios a su
ruinosa gestión.
Sin otro particular, mas que la supervivencia y prestigio del Club Atlético de Madrid, se despiden atentamente:
Esa parte creciente de aficionados que no les desea ver ya al frente de tan prestigiosa Institución.