Si hoy ganamos al Bilbao afianzamos la posición de Champiñones, ya que ayer palmó el Español. Si el jueves somos capaces de eliminar a un equipucho británico (de cuya calidad lo dice todo el hecho de que un tuercebotas como Iván Campo sea el que mejor la toca del equipo) disfrutaremos de una apasionante eliminatoria con gran sabor europeo, frente al Sporting lisboeta. Quién sabe si seremos capaces incluso de llegar hasta la final de la UEFA, donde el Kun y Forlán nos hagan vibrar con sus goles. Que vaya temblando el Bayern de Múnich, son ya muchos años anhelando la venganza.
Si el año que viene estamos en la competición en la que deberíamos estar siempre, que sea para aspirar a ganarla. Si el equipo se refuerza con un central que sepa sacar la pelota jugada, un medio centro organizador y otro delantero centro de refresco, verdaderamente buenos, ¡y no se desprende de nadie que haga falta!, no sería difícil llegar por lo menos a semifinales, donde ojalá se reeditara un duelo localista, como en el 59 del siglo pasado (¡casi ya 50 años!) pero esta vez sin atraco, y con victoria para los alegres colores rojiblancos.
Si tuviéramos unos dirigentes competentes, laboriosos y atletistas... ya no sigo, he tropezado, se me acaba de caer el cántaro al suelo, y no quiero volver a llorar sobre la leche derramada.