Hasta ahora, y de acuerdo con la Ley de Sociedades Anónimas en vigor (artículo 105), las empresas podían limitar estatutariamente los derechos de sus accionistas. Empresas como Iberdrola lo justifican en sus documentos: "La limitación del número máximo de votos que puede emitir un accionista, o varios pertenecientes a un mismo grupo o que, en su caso, actúen de forma concertada, es una medida de protección de los muchos accionistas minoritarios".
Para muchos expertos en derecho mercantil, sin embargo, la limitación del voto es un blindaje que asegura, sobre todo, a sus administradores. De ahí que el Código Conthe sobre Gobierno Corporativo de las empresas, así como las directrices comunitarias, aboguen por la supresión de los límites al voto. Tampoco falta, sin embargo, quien opina que las limitaciones de voto impiden que un accionista mayoritario imponga su voluntad al margen del resto de los pequeños inversores.La enmienda, que está previsto que se debata el próximo 4 de marzo en el Congreso, fue presentada por el PSOE el pasado 16 de febrero, cuando acababa el plazo. Afecta al Proyecto de Ley que adaptará a la legislación comunitaria varias normas y leyes: además de la Ley de Sociedades Anónimas, figuran la Ley de Auditoría de Cuentas y la Ley del Mercado de Valores. La enmienda sostiene que "en ningún caso podrán los estatutos sociales limitar el número máximo de votos que pueda emitir el mismo accionista o sociedades pertenecientes al mismo grupo".
La tramitación se produce en un momento en el que Sacyr y ACS pugnan por ver mejor reflejadas sus participaciones en los consejos de administración de Repsol e Iberdrola, donde se han encontrado con la resistencia de sus presidentes. Los equipos gestores de la petrolera y de la eléctrica han apelado con frecuencia a endeudamientos para financiar las operaciones. Sin embargo, nunca ha habido apuros financieros por ninguna de las entidades implicadas.
En estos momentos, quizá el caso más vivo es el de Sacyr Vallehermoso en Repsol YPF. En su condición de primer accionista de la petrolera, su presidente, Luis del Rivero, quiere que Antonio Brufau, presdente de Repsol, acepte que quiere mandar más, ingresar más vía dividendo y gastar menos en un momento de crisis.
Tras protagonizar un descarnado enfrentamiento durante casi tres meses, el clima entre Brufau y del Rivero parece haberse calmado. pero calma no equivale a paz. En las últimas semanas, las partes enfrentadas han sopesado ideas. Unas veces de forma directa y otras de forma indirecta. Desde analizar posibles ventas de activos de Repsol YPF a Gas Natural, idea finalmente descartada, a serenar ánimos a cambio de un dividendo aceptable -sin el recorte del 19% decidido para el pagado a cuenta del resultado final- o peticiones de la constructora para ganar peso o influencia en el consejo, bien sea aumentando su número de representantes o teniendo una participación decisiva en la elección de independientes.
Con las espadas en alto en Repsol, ACS ganará peso en Iberdrola. Al menos un 2% en derechos de voto que puede ser importantes en futuras escaramuzas. Los otros accionsitas importantes de la eléctrica son BBK, con el 7,5%; Bancaja, con el 6%, y Unicaja, con el 2%.