by sergio medina
Parece que la afición se ha cansado de Javier Aguirre. La gente se ha hartado del juego ramplón y rácano que practica el equipo. Es como si nadie se imaginase, cuando le trajeron, que los equipos de Aguirre hacen unas pésimas segundas vueltas y que el técnico es un amarrategui.
El respetable no entiende que un equipo como el Atleti se meta atrás cada vez que se adelanta en el marcador para defender un resultado que normalmente acaba desperdiciando. Sabiendo que la defensa es un circo y que la va a cargar tanto si jugamos delante como atrás, no se comprende que se mutile a los únicos cuatro que saben un poquito de que va esto del fútbol.
Es de sobra conocido que personalmente no siento mucha admiración por Aguirre, pero habiendo pasado tantos no puede ser culpa suya, porque además en los últimos años el problema del banquillo del Manzanares no es tanto de hombres o nombres, sino de perfil de entrenador.
Con la política deportiva que se está llevando a cabo últimamente, el Atlético de Madrid sólo puede acceder a un perfil de entrenador muy determinado y no es precisamente un perfil alto, sino más bien medio-bajo (Aguirre, Ferrando o Manzano). Si el club apuesta por un técnico de reconocido prestigio (Capello, Mourinho o Benítez) y haciendo la planificación de la plantilla le dices que los fichajes de la temporada van a ser Pernía, Cléber y Eller, cualquiera de estos se levanta y coge el jarrón más grande que haya en la sala para rompertelo en la cabeza.
En el club saben algo de esto porque ha pasado recientemente con Bianchi. Cuando Toni le convence en París para que firme, el entrenador argentino pide los fichajes de Juan Román Riquelme, Javier Mascherano y que se siga con mucha atención al joven Sergio Agüero. La temporada arranca y ninguno de los pedidos está en la plantilla, en cambio se trae a Petrov, Kezman, Maxi, Galletti, Valera o Pernía(*). Lo que desde la primera jornada pasó con Bianchi lo sabemos todos y el club todavía está pagándole el contrato, por eso si se va Aguirre veremos a Marcelino o Unay Emery en el banquillo, que aquí los buenos no quieren venir por mucho que nos duela reconocerlo.
(*) pernía llegó al año siguiente de bianchi, en la 2006-2007 con aguirre, se ha colado medina ahi
"Si se cree, y se trabaja, se puede". Palabra de Dios.
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