TOCANDO DE OÍDO
¡Qué nervios!
10 Mayo 10
Estoy
deseando que llegue el miércoles, pero también que no llegue. No hago
otra cosa que pensar en la final de la «Europa League» y me tiemblan
las piernas. Pensaba haber ido a Hamburgo, pero me quedo en Madrid.
Quiero ver esta final con mis dos hijos, que no podían viajar a la
ciudad alemana por culpa de sus trabajos. Sí, los dos trabajan ya. La
última vez que vimos al Atleti ganar un título iban al colegio. ¡Cómo
pasa el tiempo!, sobre todo para los aficionados colchoneros, que
estamos hechos de una pasta especial.
Desde que no se abren las vitrinas del Calderón uno se ha hecho
economista y el otro abogado, y a mí me han salido más goteras que al
palacio de Liria. Por eso he preferido aguardar al miércoles en Madrid
y sacar las viejas camisetas y las apolilladas bufandas en casa, para
rememorar los abrazos y las lágrimas de mayo del 96 los tres juntos.
Parafraseando a Neruda, nosotros, los de entonces, ya no somos los
mismos. Mis hijos son dos hombres hechos y derechos, uno de ellos lleva
ya un año casado, y el segundo está a punto de irse a vivir a EEUU.
Pero el miércoles estaremos juntos y de los nervios.
La verdad es que me siento un poco culpable. Yo les hice atléticos
cuando en el colegio les amargaban los madridistas todos los lunes del
año. Y les inoculé el virus rojiblanco hasta la médula. Como nosotros,
hay miles de familias que esperan una alegría después de tantos años de
frustraciones. El equipo tiene que dejarse la piel en los próximos diez
días dos veces. No creo que sea mucho pedir cuando se han pasado media
temporada rascándose esa zona inguinal. Ya no valen los fallos y las
gilipolleces, así que a ganar. ¡Aúpa Atleti!