En estos días de felicidad indescriptible, no quisiera olvidarme de alguien que, desde hace tiempo, viene contribuyendo a que los que estamos lejos también podamos contemplar el jardín.
Al menos en mi caso, no lo tengo fácil para ver crecer la hierba y tan solo gracias a nuestro jardinero particular puedo ver el color verde.
Además, en su último día de trabajo estuvo especialmente esmerado. Yo al menos, venía teniendo problemas con la hierba en las últimas ocasiones, pero se ve que el otro día procuró esmerarse con el agua, el abono y el fertilizante, ya que la calidad de la hierba se dejó notar de principio a fin.
Por poner un pero, decir que nos dejó con la miel en los labios cuando, tras concluir la tarea, nos dejó sin posibilidad de seguir contemplando la fiesta que se había montado en el jardín.
Y puestos a pedir, a ver si un día se inventa un fertilizante para que la hierba crezca al día siguiente, pues aunque verla crecer en directo siempre es más emocionante (especialmente en ocasiones como el otro día), la verdad es que a veces supone un gran sacrificio el quitarse tantas horas de sueño.
En cualquier caso, lo dicho, ¡ MUCHAS GRACIAS, JARDINERO!
"¿Qué hay más bonito que defender tus valores hasta el final, no de ganar de cualquier manera, sino de la manera que tú quieres?" Fernando Torres.
¡ A ú p a A t l e t i !