Salvo la innecesaria opinión sobre Gabi, lo demás me parece muy acertado.
Saludos
Artículos de Iñako Díaz - Guerra Iñako Díaz - Guerra | 04/06/2011
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Distintos caminos para un mismo final. Forlán demasiado insistente, educado, ambiguo, ni sí ni no ni todo lo contrario, jamás populista, aunque le costara el divorcio con la grada y ser el escudo humano de Quique. Agüero sibilino, amor eterno hasta el día de la ruptura, más ladino al gestionar a su favor el cariño del Calderón, más cruel en el adiós, capaz de quemar todos los puentes empujado por quién sabe qué agentes o clubes. Pero aparte de indignarse con aquellos que le dieron la gloria hace un año y recurrir a la vieja pataleta de llamarles mercenarios (¿por qué siempre lo es el que decide irse y nunca el que abandona otro club para venir?), lo que debería enloquecer a la afición rojiblanca es la cruda realidad: los grandes futbolistas ya no quieren jugar en el Atleti.
Y faltan motivos basados en la realidad y no en el sentimiento para discutir su decisión. ¿Cómo no va a desesperarse Forlán si, tras dos títulos, cada cambio en la plantilla la hace levemente peor hasta que el conjunto se resiente gravemente? ¿Qué va a retener a Kun si, tras acabar séptimos, le dicen que el próximo cerebro puede ser Gabi? ¿Cómo no va a escapar De Gea si, tras tanto fichar, su mejor defensa aún es Perea? ¿Por qué va a venir otro crack si el Málaga tiene un proyecto más sólido y ambicioso? Y sí, Forlán y Kun deberían aprender mucho de Torres sobre cómo gestionar con clase un adiós, sobre todo ante la inquietante posibilidad para ambos de tener que quedarse en un Calderón de uñas; pero, formas al margen, ellos son las consecuencias del problema, no el problema en sí.