Anima o revienta.
Parece
ser el santo y seña de la afición atlética. La que nos autodecimos la
mejor del mundo. A la que nos cogaron el sambenito de “ben(d)ita
afición”, y marchamos con él sacando más pecho que la Loren, aún en sus
tiempos no tan mozos. Esto, no es mozo de pavo. Y cualquier pavo que se
declare atlético por palabra, obra y sumisión, tiene patente de corso
para fardar con este título ante cualquier adversario, colega o chorba.
No, no es como un ferrari, ni como un pepino de dos ruedas, ni tan
siquiera como un apartamento en las Vistillas; pero puede sacarte del
paso a la hora de amorrarte con una tronca. Quizás. Tal vez. Los más
optimistas, los que dicen que “este año sí”, y “si no al otro”, de fijo
que ligan con él que te rilas. Y saben ya desde el portal, mientras se
atusan el tupé, la talla del suje de la rubia y si se sabe a pie
juntillas el salto del tigre. Como el que pudiera decir la marca de los
gayumbos del tron, y sus centímetros de amor. Que estas cosas, hay que
cuidarlas. Estas y estos, sobrevivien en un mundo donde
laboran con sus dos manos, pues mentir o hacerte el profeta, no está
tan castigado como en la Edad Media. A veces pienso, que
afortunadamente. Y, otras que no tanto.
Así,
se puede lucir palmito en Grada. Mire usté, la mejor afición del mundo.
He perdío el carné que lo atestigua, sellado por los mismos Reyes
Catódicos, pero se lo digo yo. Que me lo ha dicho don Jesús, lo ha
corroborao manolete y lo va a pasar a cincel y piedra don Lázaro.
Levántate y anda, dilo. Predica la palabra del señor. Que no quede ni
un rincón sin conocer los aventuras, andanzas y laureles de esta
afición. Aunque no tengan ni zorra de quién es el Equipo, donde juega y
si se le espera. Espera tú a que nuestro presi vulva a sus orígenes y
retome la de 35 mmm... Tenemos a los del Excohonate Channel haciendo
cola de rodillas hasta el Puentesegovia. ¿No le quedan?, vaya, es que
el Atleti me pone muy nervioso... Siempre las traigo, pero fíjese que
hoy la doña me ha cambiado la chaqueta...
Bueno,
que empieza el partido. El atlético de asiento, va tomando posiciones
en su ídem, cambiando la vieja almohadilla por la revistilla de la
entrada. Propios y adversarios, salen juntitos, a punto de darse la
mano y solicitando un beso de tronillo masivo, mientras por la
megafonía retumba el “ojo del tigre”. Y a otro le dan ganitas puras de
irse p’al mismo, y arrojar los garbanzos regados con vinito del
mercachifle. Ahora se explica, una vez más, la razón por la cual a
aquellos espacios se les llama vomitorios. Y, en el momento supremo en
que es mezclado, en un max-mix sin parangón, con el bendito Himno, los
deseos se convierten en realidades, y el señor de delante lamenta que
su mujer no le hubiera echao el paraguas en el kit-partido, aunque no
amenazara tormenta. El “Yo me voy del Manzanares”, se canta poco,
deslabazado y al principio. Total , solo es el Himno del Atlético de
Madrid.
Bueno,
que empieza. A la que antiguamente se la llamaba en femenino, la Fondo
Sur, entona sus primeros cánticos. Los segundos. Los terceros. Los
decimonovenos. Y el resto del Campo, ha hecho coro en dos, y uno
penoso. Jodo, que medalla. Me da ya que no se va a seguir el ritmo.
Eso, es una vez al año, señora. Cuando vienen los vecinos del otro
grande de la capital. Bueno, y con los goles. Entonces, asoma un
bufandeo digno. O cuando se le clava el tercero o el cuarto a un
equipo-sparring. Entonces, puede sobrevenir hasta el tsunami. Porque
eso, no son olas. Se lo digo yo. ¿Ha visto algo similar en otros
campos, eh?.
Los
hay, en que ni los de abajo, los vagos/borrachos/delincuentes (no, que
esos están en tribuna), dan el do de pecho. Y resulta, que la sartén se
pone entonces a criticar al cazo, Tíos que no van a los viajes del
imserso aún callaos como vulgares espectadores de “hoy no me puedo
levantar”, tildan a otros de no hacer de castafiores. Sin ni siquiera
saber como ha ido la coral durante los últimos cinco o diez minutos.
Porque el aparcamiento está en precario, y el tráfico de Madrid de un
subido que quita el hipo.
Bueno,
ya solo quedan otros 14 ó 15 días para que la mejor afición del mundo,
vuelva a hacer gala de su apellido en su Estadio. Perdón, en el de
división inmobiliaria, que uno no está puesto en los tiempos modernos.
Y, cuando vuelvan, se jugarán a cáscara o cruz el super título de mejor
afición del universo. A ver quién es el marciano que les disputa el
puesto.
Buf, menuda paliza que me he dao a animar hoy. No me extraña que me llamen “el Tute”,
Anima o revienta.
Esto, mayoritariamente, es lo que hay a día 24 de febrero. Por no mirar atrás.
Etiquetados con palmaditas en la espalda que llevan más arsénico que reconocimiento.
Nos
tapamos las vergüenzas con hojas de parra para apoyar, ¿cómo se va
ocurrir siquiera exigir y protestar?. Con el corte que dá todo eso...