Condenados desde el descenso a una lenta y, en ocasiones, inapreciable recuperación, frustrantes e históricos retrocesos aderezados con un terrorífico balance inversión / rendimiento de gratuíta y ruinosa proyección, el Atlético de Madrid consigue, finalizado el último ejercicio regular, encadenar tres temporadas consecutivas mejorando su posición final en Liga, a saber, 9°, 7°, 5°, 3°, y, de manera más significativa, acelerar el ritmo en las últimas dos, hasta restablecer, de una vez por todas, su innata condición de ‘Grande de España’. La plena satisfacción por el trabajo bien hecho, por el notable cumplimiento de las expectativas depositadas en un equipo fuertemente consolidado, crecido y extremadamente bien aleccionado. Un crecimiento sostenido y certero de resultados tan sorprendente, por lo inesperado, como prometedor e incierto, por lo conocido.
Atlético dramáticamente concebido y empobrecido sobre el papel, técnicamente condicionado en puestos estratégicos capitales y, por ello, sentenciado a un modelo de fútbol primario, sin desarrollar, de urgencia o extrema supervivencia, competido ‘partido a partido’. Uno o dos conceptos básicos. Escrupuloso orden defensivo (1), y precisas y veloces secuencias de ataque. Nada misteriosos, si bien perfectamente trabajados, de memoria ejecutados y efectivos, en función del rival (2). Fijación por no encajar (3). Juego sin excesos, sin contemplaciones (4), minimalista en riesgos (5), indiscutiblemente práctico (6), eludiendo rangos, responsabilidades o sacrificios individuales. Cualquier noción de balón, posesión (7), jerarquía, centrocampismo, versatilidad o circulación, le induce parálisis, provocando el fallo y colapso del sistema al intentar ser asimilado o practicado. Conclusión: rechazo categórico.
Planteamiento modesto, insuficiente, agotado (8), con tintes de soporífero, en algunas ocasiones: partidos trabados por abuso sin gracia del melonazo, repetidas imprecisiones y córners para la desesperación. No obstante, adecuado al escaso género disponible, a la vez que necesario y de dominio indispensable en primer término en equipos inestables, con desequilibrios pronunciados, sumamente mal tratados e inútilmente planificados. Problemas con nombres propios. Sin solución o escaso margen de maniobra en ciertos jugadores, dos titulares, carentes de iniciativa (9), irreconducibles, sin competencia y, en consecuencia, descaradamente acomodados. Función que tiende a cero cuando el Atlético de Madrid aspira, sin techo, a infinito. Carencias insalvables que magnifican el mérito de esta gente, de este grupo y de esta pequeña historia resuelta con final feliz.
Compromiso y actitud, bases de éxito en la configuración de un bloque intenso, poco mediático, eminentemente homogéneo, peleón (10), inconformista, sumamente difícil de controlar, re-vistiendo una camiseta poderosa, cotizada y respetada en la ciudad de Madrid, campos de España y Europa. Momentos e imágenes de una vida, guardados por siempre para el recuerdo. Victorioso por deseo, con absoluta justicia, sin ayudas, ventajas o privilegios. Un cuadro estable, sincero, sin variantes (11), ajeno a circunstancias externas, de comportamiento o pronóstico predecible, al servicio de un conjunto que siente y padece, en perfecta sintonía con los valores identitarios más fundamentales de la institución, trazando y haciendo camino del lado de su sufrida, preciada y distinguida afición, ganadora por un rato. La emergente figura de un entrenador líder, que ole, que ole. Minucioso en forma, frenético en alma, predestinado y omnipotente. La danza inquieta del hechicero que todo lo puede, que todo lo abarca.
Seguir leyendo >>
- – -
(1) Equipo menos goleado, 30. (2) 4 de 24 puntos en enfrentamientos con los 5 primeros. (3) Segundo equipo menos rematado, 367. (4) Octavo equipo menos combinativo. 16811 pases. (5) Sexto equipo que más despeja, 1822 (6) Cuarto equipo en centros al área (7) Undécimo equipo en posesión de balón, 48.86%. (8) Primera vuelta, 44 puntos vs. Segunda vuelta, 29 puntos. (9) Octavo equipo en asistencias, 352. (10) Tercer equipo en faltas cometidas, 585. (11) Cuarto equipo con menos jugadores utilizados.