El jefe de deportes de Telemadrid, Siro López, ese impresentable, de aspecto de traidor de telenovela sudamericana, en la medianoche estaba vomitando su nauseabundo madridismo, su mala educación y su nula inteligencia en el programa deportivo (¿) Punto Pelota (….al trampa$).
El tal Siro López es la mera encarnación de la envidia, de la grosería y de la carencia mínima imprescindible de dignidad profesionalidad que podría exigírsele a un director de deportes de una cadena de televisión. Su zafiedad y mezquindad no encuentra límites. Su dialéctica es comparable a la de un adolescente de baja estofa. Su chulería, prepotencia y casposidad le descalifica no sólo para el ejercicio de su cargo actual, sino para su aparición pública en cualquier espacio medianamente decente.
Siro López últimamente sólo encuentra consuelo refocilándose descaradamente en la derrota europea del Barça, demostrando claramente y sin rubor su bajeza moral, inasumible conforme al cargo que, desgraciada y sorprendentemente, detenta.
No debemos aceptar cómo normal lo que sólo es habitual.