En Esto es Atleti hemos elaborado una serie de artículos que tratan de explicar la "inversión" en concepto de traspasos que se ha hecho en el Atleti durante la época de Simeone al frente del banquillo. Os pego aquí el primer post. Espero que os guste. (si alguien sabe como colgar las infografías, y lo quiere hacer, adelante, pues yo no he sido capaz)
OPINIÓN. Existe una anécdota que circula desde hace años por los mentideros cercanos al Manzanares que cuenta que una tarde de esas de abanico a mediados de agosto, siendo entrenador del Atlético de Madrid, el ‘Pacho’ Maturana se presentó sin previo aviso en el despacho de Jesús Gil. Por aquel entonces, se estaba fraguando el fichaje del que sería el nuevo killer del equipo, y el candidato número uno era el alemán Jürgen Klinsmann. Cuando el entrenador abrió la puerta, se encontró con un presidente que le recibió con la misma extrañeza que desgana. El motivo de aquella improvisada visita no era otro que decirle a Gil que había un jugador en el Cruzeiro brasileño que iba a ser una figura mundial durante los próximos años. Aún era una promesa, pero ya comenzaba a despuntar, y su nombre ya aparecía en las agendas de algunos directores deportivos de clubes de postín. Gil levantó la cabeza de los papeles en los que estaba ocupado y, mirando por encima de los cristales de sus gafas, le dijo a su entrenador: -“A ver, ‘Pancho’, querido… estamos en otras historias ahora como para que me vengas con esto”. Pero el técnico insistió diciéndole que, si no aprovechaba la ocasión, se arrepentiría. Gil cogió una libreta que había sobre su mesa y le volvió a preguntar el nombre de la futura estrella: -“Ronaldo. Se llama Ronaldo Luis Nazário de Lima, y juega en el Cruzeiro de delantero…”. Gil movía el bolígrafo como si apuntase los datos del futbolista, y Maturana se dio cuenta de que no estaba escribiendo nada en su libreta, pero no dijo nada. No le quedó otra que marcharse del despacho presidencial sin más, sabedor de que había perdido el tiempo, pero habiéndose dado cuenta del nivel de confianza que le profesaba su jefe. Casi con toda seguridad, Gil olvidó aquel nombre que había simulado anotar, o quizá su cerebro ni siquiera lo llegó a procesar. El Atleti terminó fichando al colombiano ‘Tren’ Valencia. Gil descartó la llegada de Jurgen Klinsmann, según confesó en directo una noche en la radio, porque “me dijeron que pierde aceite”. Ronaldo terminó firmando ese mismo verano con el PSV holandés por una cantidad cercana a los 900 millones de las antiguas pesetas, y Maturana sólo duró unos meses al frente del equipo.
Años más tarde, tras haberse consumado el famoso doblete, Gil vivía sus mejores momentos desde que llegase al palco del Calderón. Radomir Antic, el entrenador que había hecho posible el milagro, se reunió con el presidente para hablar de los refuerzos que debía acometer el equipo con vistas a una campaña en la que el principal reto era la Liga de Campeones. De entre todos, un nombre marcado en rojo: Ronaldo. Gil anduvo semanas haciendo el paripé, incluso invitó al presidente del PSV un fin de semana a Marbella, como se encargó de pregonar por las radios. Así era Gil y su particular show. Agotó la paciencia del equipo holandés y, finalmente, el jugador brasileño terminó fichando a bombo y platillo por el Barcelona, a cambio de 2.500 millones de pesetas. Gil envió a su hijo Miguel Ángel a negociar el traspaso de Juan Eduardo Esnaider a las oficinas de Concha Espina, y este terminó por concretar con Lorenzo Sanz la contratación del delantero argentino por una cifra de 400 millones. Como era de esperar, Esnaider no dio al Atleti el plus que necesitaba para conquistar Europa, y los rojiblancos cayeron eliminados en cuartos de final ante el Ajax firmando, eso sí, una gran actuación. Ronaldo fue Pichichi y Campeón de Liga con el Barcelona, y ese mismo año, fue galardonado con el Balón de Oro como mejor futbolista del planeta.
SIMEONE NO SE RESIGNÓ A QUE NO VINIERA COSTA, INCLUSO CUANDO YA SE HABÍA FICHADO A GAMEIRO
Veinte veranos después, es decir, este mismo verano, Miguel Ángel Gil aterrizaba en Buenos Aires para reunirse con su entrenador y sentar las bases de lo que debía de ser el Atleti de este nuevo curso. Simeone, por su parte, ya había pensado todo lo que necesitaba y, desde su cuenta de Twitter, colgó una fotografía en la que se podía ver una reunión a tres bandas en la que aparecía acompañado de Andrea Berta y el propio Miguel Ángel Gil. En la mesa, destacaba un folio en el que se apreciaban unos nombres colocados estratégicamente bajo el habitual sistema 4-4-2 del técnico argentino. Evidentemente, los nombres eran ilegibles, pero sí se apreciaban tres de ellos subrayados por encima del resto: lateral derecho, interior derecho y un delantero. Los dos primeros eran Vrsaljko y Gaitán. El tercero, y el más importante de todos para Simeone: Diego Costa. De nuevo, el nombre de un futbolista apuntado de un papel. Otra vez, como había ocurrido en el pasado con su padre, el deseo de un entrenador que imaginaba un Atleti Campeón de Europa. Pero esta vez, la apuesta era más a caballo ganador si cabe, pues el Cholo ya había enseñado el camino a la gloria dos veces. En ambas faltó agarrar la copa, y para eso Simeone pidió desesperadamente al jugador que le quitaron siendo Campeón de Liga. Ese que hacía la diferencia y marcaba la forma de jugar de todo el equipo. La horma de su zapato. Semanas más tarde, el Atlético de Madrid anunciaba de manera oficial el fichaje de Gameiro. Fíjense lo fundamental que para el Cholo era la contratación de Costa, que llegó a hacer pública su petición con Gameiro ya entrenando a sus órdenes. Por su parte, Costa hacía lo propio hace unos días, y no escondía su pena por no haber podido volver al Atleti.
LA HISTORIA ESTÁ PLAGADA DE PRESIDENTES QUE DECIDIERON EL SINO DE SUS EQUIPOS
La historia del fútbol está plagada de decisiones clave de sus presidentes que determinan, para bien o para mal, la suerte de sus equipos. Gil padre ignoró casi siempre la opinión de sus técnicos, y ni siquiera apostó por hacer caso a las peticiones de quien le acababa de hacer campeón de Liga y Copa contra todo pronóstico. Su hijo, aunque con un talante diferente, hace exactamente lo mismo en materia de fichajes: buscar siempre la opción más benévola para el bolsillo. Ellos nunca pensaron un Atleti campeón, y sí un negocio próspero. Con esto no quiero decir que no quieran ganar títulos, pero sencillamente, no es su prioridad, pues es lo que llevan demostrando a lo largo de treinta años al frente de la institución.
Para demostrar mi teoría, centrémonos en esta etapa de Simeone como entrenador. En Esto es Atleti hemos elaborado un estudio acerca de las operaciones de traspasos realizadas desde que el Cholo llegó al Atleti, en la temporada 2011/12. En todos estos años, no es que no se haya invertido un céntimo en fichajes, es que se ha ganado dinero con ellos. Mientras, en este último lustro, los equipos con los que se ha de competir por el entorchado europeo, han gastado todos cientos de millones de euros en mejorar sus plantillas. Gracias a los éxitos deportivos del equipo, los ingresos se han multiplicado casi por tres, al igual que el valor de mercado de la plantilla, pero ni siquiera eso ha servido para que desde el palco del Calderón se decidieran a apostar por realizar una inversión acorde a lo que el técnico reclama.
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Miguel Ángel Gil ahora anda inmerso en su particular huida hacia delante con La Peineta como objetivo. Lo que inicialmente iba a servir para sanear las cuentas, dio paso a un cambio ‘a pelo’ por un estadio nuevo, para terminar con unos gastos multimillonarios que aún no se pueden cuantificar. Todo eso choca frontalmente con cualquier idea de hacer grandes desembolsos en fichajes. El damnificado, como siempre, el equipo.
¿CUÁNTO AGUANTARÁ SIMEONE SUBIDO A UN PROYECTO DONDE SIEMPRE PRIMA EL BENEFICIO SOBRE EL ÉXITO DEPORTIVO?
Tras la nueva decepción por el fichaje fallido de Costa: ¿tendrá que pensar de nuevo Simeone? No duden que el equipo volverá a competir por todo, con sus armas, hasta el final. Pero es más que probable que al Cholo no se le olvide el sentimiento de engaño que ahora le invade, y se plantee seguir al frente de un proyecto en el que prima el negocio por encima de lo deportivo. Y si después de pensar, a final decide que se va: ¿qué será entonces del Atlético de Madrid? Como hasta ahora no tenemos la capacidad de conocer el futuro, les dejo unos últimos datos para la reflexión basados en lo que ya sucedió:
En cuanto a clasificaciones en liga, desde el año 1940, el Atleti mantuvo una media de 3er clasificado hasta la llegada de Jesús Gil a la presidencia.
Desde entonces, hasta la llegada de Simeone, esa media se había convertido en un paupérrimo 7º puesto (sin contar las vergonzantes temporadas en segunda).
En la etapa Simeone, se ha vuelto a recuperar ese 3er puesto como media clasificatoria, incluso endosándole al Cholo los meses correspondientes a su predecesor en el banquillo.
Saquen sus propias conclusiones y piensen ustedes si es bueno que Simeone piense más de la cuenta.
Derrochando coraje y corazón.