El Atlético ha vuelto a quedarse con la miel en los labios. La historia se repite y no resulta nada extraña en el pasado más reciente del club rojiblanco, ya que los dirigentes deportivos han rechazado a dos de los mejores futbolistas holandeses del momento: Sneijder y Van der Vaart.
El fichaje de este último por el Real Madrid deja con las vergüenzas al aire al Atlético, porque no ha podido competir con su club vecino, pese a pujar con 15 millones de euros para tratar de llevarse al futbolista del Hamburgo. Vano intento. La firmeza madridista y la voluntad de Van der Vaart podían con cualquier otra oferta, viniera de donde viniera, incluso del Barcelona. Lo peor del caso para el Atlético es que la entidad rojiblanca pudo fichar a Van der Vaart libre, antes de que recalara en el Hamburgo. Gil Marín lo tuvo sobre la mesa y no se abordó el asunto. Caso similar al de Sneijder, que estuvo en la órbita colchonera antes de que el Real Madrid echara sus redes. El Atleti, pues, no quiso a los dos buenos jugadores que, curiosamente, refuerzan al eterno rival. Demasiado ingrato.
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