CON TODOS MIS RESPETOS. De un tiempo a esta parte la palabra RESPETO no se les cae de la boca a numerosos personajes cuando se critica su forma de actuar o manifestarse. ¿Qué entienden por respeto? La opinión es libre y con frecuencia se olvida que la crítica es el arte de juzgar sobre la verdad, bondad y belleza de las cosas.
Cada aficionado al fútbol es un crítico potencial. Quiere lo mejor para su club y sus manifestaciones varían según su cultura futbolística, sus conocimientos, sus gustos, sus simpatías... En el momento en que se incluyen SUS INTERESES, su opinión puede dejar de ser respetable. Porque el respeto empieza por tenérselo uno mismo. Si mi opinión no refleja lo que pienso, lo que siento, lo que creo, sino que está mediatizada por lo que me conviene o me interesa para progresar, medrar, o simplemente ganarme el pan, no seré fiel conmigo mismo, me estoy faltando el respeto y, por tanto, no puedo exigir que me lo guarden los demás.
Yo no conozco a Zapatero ni a Rajoy, muchísimo menos a Fernando VII o Felipe II, y, sin embargo, tengo mi opinión sobre ellos. En unos casos sus actuaciones me merecen respeto y en otros no. Y no es un problema de insultar sino de emitir un parecer que, indudablemente, puede modificarse en función de un conocimiento superior o más detallado de por qué se tomaron unas decisiones y no otras en un momento determinado.
Por tanto no tengo nada que rectificar. He emitido una opinión respetable, aunque no te guste, y que con tus últimos argumentos refuerzas de forma incontrovertible.