¡Hostia, qué susto me has dado! Creía que habíamos repescado a un difunto. Dudaba de si, alomojó, era una jugada maestra de Calam, de cara a promocionar la cripta del Calderón. Pero no, compruebo con alivio que se trata sólo de un prejubilado más para el equipo.
Consolidando una tradición postradicional. Pura vanguardia, el Calam