Las similitudes entre el club rojiblanco y el conjunto inglés se han
acrecentado en los últimos años. Ambos clubes arrastran una importante
deuda y el triunfo en el césped se antoja imprescindible para su futuro
económico. La Europa League está en juego y con ella, la posibilidad de
ingresar más de 10 millones de euros de forma directa y de negociar
nuevos contratos al alza. "A nivel de imagen es importantísimo,
llevamos sin ganar un título desde 1995, y nuestra estrategia de
continuar con la implantación de marca a nivel internacional implica el
no dejar de participar en las competiciones europeas", explican desde
el club colchonero.
El Liverpool está viviendo un ejercicio realmente convulso. Hace
escasos días, los dueños del club, los americanos Tom Hicks y George
Gillett Jr. confirmaban su intención de deshacerse de la entidad, tan
sólo tres años después de su llegada. La situación económica a la que
se enfrentan los 'reds' es más que comprometida, el conjunto inglés
debe 268 millones de euros a Royal Bank of Scotland y al banco
estadounidense Wachovia. Así, tras agotar los plazos con sus acreedores
y el fracaso del presidente ejecutivo, Christian Purslow, para
encontrar unos 120 millones de euros que les reclamaban los bancos, -en
enero, Rhone Group ofreció 134 millones de euros por el 40% del capital
pero la fecha límite de la negociación caducó- se vieron obligados a
poner en venta al equipo por 567 millones de euros.
Hicks y Gillet, que compraron el club por unos 200 millones de euros
en febrero de 2007, han intentado sanear las cuentas del club, buscando
nuevos inversores y aumentando los recursos para construir un nuevo
estadio en lugar de Anfield -el Stanley Park- pero el dinero no ha
llegado a tiempo. Para poner en marcha el proceso de venta, que ha
contado con "el apoyo completo de sus actuales agentes financieros",
según el comunicado emitido por el club, los propietarios han nombrado
a Martin Broughton -ex presidente de la tabaquera BAT, presidente de
British Airways y vicepresidente de la Confederación de la Industria
Británica- máximo mandatario de la entidad y han contratado los
servicios de Barclays Capital, que es el mayor patrocinador de la
Premier League, para que les asesore sobre los posibles compradores.
En las filas colchoneras, los problemas económicos no han alcanzado
tal magnitud, aunque resultan altamente preocupantes según el
economista y experto en economía del deporte José María Gay de Liébana.
Apoyado en el informe Football Money League elaborado por la consultora
Deloitte, Gay de Liébana incide en esta situación. "El modelo económico
del Atlético de Madrid, que viene de los restos de Gil, está agotado, y
creo además, que la gestión, visto desde fuera, no ha sido la adecuada.
Carga con una deuda de 510 millones de euros, mientras que apenas
genera 100 millones, y ha tenido desajustes económicos muy importantes
los últimos años. Presenta unos resultados ordinarios negativos y ese
es su gran problema".
El catedrático del Departamento de Dirección de Marketing de ESADE,
Francesc Valls, también comparte esta idea. "Los problemas financieros
del club es muy probable que continúen pese a la operación inmobiliaria
-el Atlético, la cervecera Mahou y el Ayuntamiento de Madrid firmaron
en 2007 un acuerdo para recalificar los terrenos que ocupa el estadio
Vicente Calderón y las instalaciones de Mahou- y el traslado al nuevo
estadio de la Peineta, -con capacidad para 73.000 espectadores- debido
a que cuenta con una deuda muy importante, y no cuenta con la capacidad
de los grandes clubes europeos, como el Madrid, el Barcelona o el
Manchester United para generar ingresos".
Si bien es cierto que la distancia entre uno y otro en cuanto a
ingresos y capacidad económica sigue siendo importante según el último
informe de Deloitte, (el Liverpool es el séptimo equipo más rico del
mundo, y el cuarto de la Ligla inglesa, con unas ganancias en la
temporada 2008-2009 de 217 millones de euros; frente a unos ingresos de
100,3 millones del club colchonero, que le sitúan en el puesto 22 del
ranking de clubes con mayores ingresos de la consultora) las
obligaciones financieras derivadas de sus importantes deudas han
obligado a los dos clubes a una contención en el gasto que no les ha
permitido reforzarse con nuevas contrataciones de futbolistas de primer
nivel. En el caso del conjunto red ha conducido, además, a aplazar
indefinidamente la construcción del nuevo estadio.
La actual situación del club británico ha posibilitado que la
desigualdad deportiva de temporadas anteriores se haya visto
amortiguada, por lo que la eliminatoria presenta un pronóstico
verdaderamente incierto. En lo puramente deportivo, las dos principales
estrellas de ambos conjuntos -sus máximos referentes publicitarios y
puntas de lanza de su imagen de marca- no podrán liderar a sus equipos.
Torres vuelve a perderse su regreso al Calderón por una lesión,
mientras que el Kun Agüero no saltará al césped por sanción. Asimismo,
un hecho extradeportivo es posible que posibilite una mayor igualdad.
El Liverpool ha tenido un viaje muy complicado -de casi 2.000
kilómetros- como consecuencia de los problemas en el tráfico aéreo por
la nube de cenizas del volcán islandés. Además, los enfrentamientos más
recientes entre Atlético y Liverpool acabaron con empate a uno, durante
la pasada Champions League y los colchoneros nunca han perdido con un
equipo inglés en su estadio.
Atlético y Liverpool persiguen no sólo la victoria deportiva, sino
un espaldarazo que consiga trasladar el triunfo sobre el césped a los
despachos. Sus temporadas en Liga no han sido las esperadas, y se
encuentran actualmente fuera de los puestos que dan acceso a Europa,
por lo que ahora se agarran a la Europa League para salvar la
temporada. El Atlético de Madrid aún conserva la bala de la final de la
Copa del Rey contra el Sevilla, pero el Liverpool, tal y como dejó
claro su técnico Rafa Benítez debe hacer un esfuerzo final para llamar
la atención de los posibles compradores: "Ahora es preciso demostrar lo
que valemos en el campo para mejorar nuestra imagen de cara a los
nuevos inversores", esgrime el entrenador madrileño.
Atlético y Liverpool han
visto incrementadas las similitudes entre ambos conjuntos en los
últimos años. Más allá de la difícil situación financiera que viven en
estos momentos, los dos presumen de contar con unas de las aficiones
más fieles y entregadas del panorama futbolístico mundial. Sus
estadios, escenarios míticos y singulares, y sinónimo de fidelidad
absoluta de las aficiones a sus colores, serán sustituidos por nuevos
campos con una capacidad superior a los 70.000 espectadores. Ambos
acumulan varios años sin conquistar los respectivos títulos de Liga en
España e Inglaterra -el conjunto español en la 95/96 y el inglés en la
89/90- y no sólo no han contratado grandes futbolistas en la última
temporada, sino que han tenido que desprenderse de algunos de sus
mejores jugadores en campañas precedentes. Xabi Alonso abandonó este
verano la disciplina red para embarcarse en el nuevo proyecto galáctico
del Real Madrid de Florentino Pérez, y Fernando Torres, el buque
insignia de los colchoneros, club en el que militó desde los 11 años,
recaló precisamente en el Liverpool en el año 2007, previo pago de 36
millones de euros, convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia
del club en sus 115 años de historia. Al igual que los hinchas
rojiblancos, desde su llegada, los seguidores ingleses convirtieron al
'Niño' en su auténtico ídolo.