Es evidente que la mayoría, si no todos, seguimos en un estado extraño y últimamente inusual desde el pasado miércoles.
Este estado, al menos en mi caso, se concreta en los siguientes síntomas:
- Arqueamiento de la boca hacia arriba (aún con la deglutación de todo tipo de alimentos)
- Ligero achinamiento de ojos simultáneo al arqueamiento bucal.
- Episodios de risas incontenibles cuando te cruzas con cualquier conocido vikingo, aún cuando, todavía a día de hoy, te den la enhorabuena con tono paternalista y disimuladamente fariseo.
- Episodios de "mesudalapollitis" cuando lees la prensa deportiva patria y los panfletos que provienen de la provincia bética, más conocida por Sevilla.
- Engordamiento generalizado debido a la ingesta de todo lo que te echen pal cuerpo.
- Falta de concentración, desgana laboral, pérdida de sueño e incluso a veces de la consciencia, compatible por raro que parezca con un elevado tono de ánimo y bienestar generalizado.
- Zumbido en los oídos de cánticos e himnos alusivos al Manzanares, los mejores porque sí, derrochando coraje y corazón, volveremos volveremos...y otras frases normalmente sólo comprensibles para el que presenta los sítomas expuestos.
No sé, igual son cosas mías.
"El Atlético no se merece que le estén tratando como le están tratando. No se puede conformar con entrar en Europa, estoy en contra de anuncios como ese de 'Papá, ¿por qué somos del Atleti?'. ¡No! Cuando yo estaba siempre salíamos a competir a por la Liga, la Copa, todo. ¡Vuestros padres no nos permitían otra cosa! Somos el tercer equipo de España, pero nos hemos alejado de nuestra historia. Pero pensad que, cuando una puerta se cierra, se abre una ventana".
Luis Aragonés en su Gaudeamus
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