Primer tiempo aceptable, sin más. Segundo tiempo lamentable, a nuestro mas puro y rancio estilo, o sea, incluyendo una 'excelente' aportación arbitral al 'espectáculo', lo que no sorprende: era El Brillantina, hijo queridísimo de La Perrona.
Sin el Kun, pese a mover con bastante criterio el balón durante el primer tiempo, al equipo le falta llegada, y Forlán se pierde por completo, huérfano de quien le abra espacios y, sujetando balones, le permita la entrada desde atrás. Costa ha trabajado como un jabato, pero le falta mucho, casi todo.
En la segunda parte, la salida ya no ha sido muy alentadora, con un ritmo demasiado bajo y una actitud en exceso contemplativa. Buena parte del problema creo que ha estado en el cansancio por el alto ritmo del primer tiempo y el hundimiento total de Tiago, que ha desaparecido. Luego, la macarrada de El Brillantina nos ha sacado en exceso de quicio, en especial al inefable Reyes, que en estas se las pinta como él solo. Eso sí, el defensa del Zaragoza también contribuye, pues en la tele se ve clarísimamente que en ningún momento va a disputar el balón, sino que mira de reojo, ve venir a Reyes y se queda a provocar la falta.
Tres puntos, pero que pueden salir caros: sanción para Reyes y, lo peor, la posible baja de Godín, el hombre alrededor del cual se ha reconstruido la defensa, y que hoy ha vuelto a dar otra lección de central. Buena también la aparición, ¡al fin!, de Filipe Luis. No ha estado muy exigido en defensa, pero como de la noche al día entre López y él.
El rival, lamentable. Son carne de Segunda. Otro equipo, hoy, nos levanta el partido en la segunda parte.