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03
2009
Damos
un salto en el tiempo de 40 años en la Liga Española y nos situamos a
principio de los años 80, aunque no cambiamos de club, y nos encontramos
con la explosiva aparición en el fútbol español de un singular
personaje, el Doctor Cabeza. Alfonso Cabeza llegó a la presidencia del
Atlético de Madrid a finales de julio de 1980 y durante su mandato de 2
años fueron sonadas sus polémicas y disputas con la RFEF de Pablo Porta y
el estamento arbitral presidido por el tristemente confeso madridista
Pepe Plaza. Muchos aseguran estos encontronazos como la causa principal
de la perdida de una liga, la 80-81, que el conjunto colchonero tenía en
el bote. José Luis García Traid era el entrenador rojiblanco, y llegó
avalado por una gran temporada en la UD. Salamanca. A falta de 4
jornadas para el final de la temporada, y tras un inmaculado campeonato
en el que siempre se mantiene líder, el Atlético encabeza la tabla con
40 puntos, seguido de la Real Sociedad con 38, y el Madrid y Valencia
con 37.

Hasta que el 5 de abril de 1981, el Estadio Vicente Calderón se llena
para ver el decisivo At.Madrid-Zaragoza arbitrado por el colegiado
andaluz Álvarez Margüenda, o como se le conoce todavía por la sufridora
afición colchonera por Álvarez Sinvergüenza, y armo el taco. Esto decían
los medios y protagonistas de la época:
1-2: ¡Súper escándalo en el Atlético – Zaragoza!
Escándalo monumental en el Manzanares. En el minuto diez, Ruiz
adelantó a los rojiblancos. El Zaragoza se limitó a defender y jugar muy
sucio, en especial, su defensa Casajús que realizó escalofriantes
faltas a Marcos. El árbitro sólo le sacó una tarjeta amarilla cuando
merecía haber sido expulsado por las continuas entradas al extremo
colchonero. Encima, en el minuto 54, Álvarez Margüenda expulsó a Marcos
con roja directa por una zancadilla a Casajús; la acción merecía tarjeta
amarilla. Para completar su actuación el árbitro anuló un gol a Arteche
que remató tras dar en el larguero un lanzamiento de falta a Dirceu y
no pitó dos claros penaltis a Pedraza y Rubio. El Zaragoza igualó el
choque al transformar “Pichi” Alonso un penalti en el minuto 72. Y en el
minuto 86, Valdano logró el gol de la victoria maña. Por último, el
árbitro expulsó a Robi (89’).
El partido acabó como el rosario de la aurora, los aficionados
lanzaron botes y almohadillas, derribaron las vallas de acceso al
terreno de juego y hubo invasión de campo. Recuerdo estar escuchando a
Héctor del Mar y como en directo una señora mayor agredía en vestuarios
al trencilla con un zapato en la cabeza.
Alfonso Cabeza se marchó con visibles muestres de indignación del
palco a los 10 minutos del segundo tiempo, señalando: «Están tomándome
el pelo, si quieren que el equipo X sea campeón que lo publiquen en el
Boletín Oficial del Estado. Esto es una tomadura de pelo y una
vergüenza, y ustedes los periodistas están viendo lo mismo que yo; por
favor no se callen, díganlo. Un atraco a mano armada».
Robi con lágrimas en los ojos dijo: «Nos están robando, y no se
porqué, si por mandato arbitral o por la Federación. Lo de hoy es de
juzgado de guardia». Arteche fue aún más duro: «Empieza a funcionar la
mafia. En cuanto un equipo huele o se acerca al título, no hay nada que
hacer. Hace dos años le robaron el título al Sporting, el año pasado,
primas a terceros incluidas a la Real Sociedad, y hoy a nosotros, ya lo
habéis visto».
El entrenador García Traid rojo de ira y con los ojos cargadísimos
manifestó: «No entiendo nada, es lo más extraño que he visto en los
largos años que llevo en el fútbol. Si supiera que existe alguna
consigna lo diría, pero no tengo pruebas. He pensado en dejar el fútbol.
¿Mafia? No lo se, no tengo pruebas. Es increíble lo que pasa en el
fútbol español, he llorado de rabia e impotencia. ¿Quién es Plaza?, el
árbitro puede ser su empleado, pero debe tener conciencia.»
Dos semanas después y con la liga al rojo vivo el Atlético visitaba
Chamartín, y con los ecos del escándalo vivido ante el Zaragoza el
Doctor Cabeza pidió a la hinchada rojiblanca que no fuera al Bernabeu,
que todo era una pantomima. El que quisiera comerse una tortilla
mientras escucha la retransmisión del partido podría acercarse al
Vicente Calderón con el aliciente de ver lo que hacía el doctor Cabeza y
de disfrutar de la compañía de las peñas rojiblancas. El Gobierno Civil
de Madrid dio su autorización y aproximadamente 8.000 aficionados se
congregaron en el Manzanares. Alfonso Cabeza declaraba la guerra al
estadio madridista y quería apartar público de sus gradas: «En mi vida
volveré al estadio Santiago Bernabeu, es una promesa que me he hecho. Ni
aunque España jugase ahí la final de la Copa del Mundo pisaría ese
estadio.»
Al Atlético se le recibió con una bronca monumental y gritos de
¡fuera, fuera! Las batallas dialécticas de los señores Cabeza y De
Carlos, con alusiones a discotecas, y asilos preludiaron un ambiente
tenso que afortunadamente no tuvo reflejo en el campo. Los jugadores del
Atlético quemaron gran parte de sus energías en arrebatos dialécticos.
Dieron imagen de impotencia y escasa agresividad futbolística.
Agarrotados, lentos, torpes y sin la chispa necesaria para buscar el
triunfo. El Madrid se encontró así con dos puntos más fáciles de lo
esperado.

Real Madrid 2 (Stielike y Spiderman García Hernández); Agustín,
Cortés, Sabido, Navajas, Camacho, Pérez García, Stielike, Del Bosque,
Isidro, Santillana y García Hernández.
Atlético Madrid 0; Belza, Fraguas, Balbino, Arteche, Julio Alberto,
Ruiz, Robi, Dirceu, Marcos, Pedraza y Rubio.
Con este partido el Atlético decía adiós a una liga que tenía casi
ganada. Como anécdota recordar que Alfonso Cabeza aseguraba que si eran
campeones a falta de una jornada, daría de alta su ficha federativa y
disputaría como titular el último partido ante Osasuna. Un horrendo
final de temporada hizo que el atlético se desmoronara como un castillo
de naipes.
Que grande el fútbol de lo 80.
Un abrazo a todos
FITO
http://yonosoyluisfigo.wordpress.com/2009/03/24/el-derbi-de-la-tortilla/