Escucho en la radio, de la que de trabajar vengo (bueno, lo de trabajar es un decir), que esta noche, Joserrita el Tenebroso va a oficiar, cual cura progre de los setenta, desde la mina. Dicen que se va a enterrar a unos 600 metros en compañía de Alonsín y, me dice luego el kiosquero, que del poeta de la mina, monsieur Sanjosé.
Lo que le faltaba a la mina. Tantos viviendo del sudor, de la hermandad y la sangre largo tiempo vertidos en ella, para que ahora sirva también de templete del curilla mariachi.
Si Alonsín supiera algo de lo que la mina ha sido, si tan siquiera hubiera oído en su vida una tonada minera de las de verdad (no de las de primero de mayo de toros y fútbol, o de festival floclórico del Hogar del Productor), no se prestaría a tal juego. Lo del monsieur, la verdad me cuesta creerlo, aunque de la progresía juglaresca expañola puede esperarse ya casi cualquier cosa.
¿No les hubiera bastado con celebrar el show en el muy 'croqueto' museo de la minería de El Entrego? Ahí sí que iría como de molde el espectáculo del de Brunete.
Puestos así, que no se olviden de formarles coro con una cuidada selección de personal del 'Pozu Moqueta' y de las ejecutivas de los sindicatos mineros. Compondríase así una bella imagen de la Asturias posmoderna.
Todo sale de la mina, decía la canción que rezaba en la 'boína' de los mineros del Fondón. Y a lo que parece, ya también todo entra.