El crítico de arte pretende guiar la mano del dibujante.
El mirón de detrás de la valla de la obra, el pulso del
albañil.
El entrenador de Fútbol, las zancadas del jugador.
Déjate llevar por lo que te ha traído aquí. Por lo que nos
enamoras. Mézclalo con esas gotitas de potrero, y que fluya. Lo tuyo, es arte.
Y el arte, es propio, instransferible e irrenunciable.
Si me lo birlas, para meterlo en un cinturón de castidad, te
ahostio. A ti, y al sargento-semana.
Quiero más playesteision sobre la Pradera.