Iván Castelló
http://www.sportyou.es/blog/futbol/2012/05/10/aleti-tan-grande-tan-pequeno-411974.html
Sí, Cholo, sí. Tú sí que eres del Aleti, tú sí que sabes lo que
representa (tu alma argentina te ayuda a entenderlo) y no los que te
trajeron. Mi hijo Daniel fue, efectivamente, hoy al cole no con la
camiseta, con la bandera del
Club Atlético de Madrid.
Orgulloso y confiado, por una vez, de que sus compis madridistas hasta
le felicitarían. Nada de piques ni burlas de tantas otras veces por los
desastres sostenidos tan habituales de esta entidad. Porque padece un
primer equipo apabullantemente descontrolado en vaivenes desde la
llegada de los Gil.
Pero es que siempre es igual. Lo mismo que se construye, se destruye.
Los mismos que construyen, destruyen. Y luego está el asombroso mérito
de saber volver, de rehacer el puzle desencajado. Ahí sí se lo
reconozco. Es increíble que con un dueño y un presidente que no saben de
fútbol, pero, vamos, ni repajolera idea (no hay más que oírlos, ya casi
nunca porque se han dado cuenta de que nos hemos dado cuenta), hayan
conseguido pasar a la historia, de momento, por dos títulos casi
consecutivos de la Europa League (son a esta competición lo que el mejor
Barça de la historia en la Champions, año sí, año no) y una Supercopa
de Europa con otra al caer a la vuelta de la esquina de agosto. Es la
grandeza, el milagro de cada día del bendito balompié.
Una vez que la fe vuelve, aunque no debiera ni haberse marchado por
el apresurado desmantelamiento del equipo campeón en Hamburgo 2012,
llega la dosis de realidad, la crudeza de Miguel Ángel Gil
sin rubor alguno mercadeando ya. Es un hecho que el Atlético, en lo
económico, está arruinado, algo normal si lo maneja un veterinario como
sería un cachondeo si un periodista dirigiera un hospital de animales.
También es cierto que se encuentran en el hoyo de los euros
prácticamente todos los clubes y que jugar la Champions garantiza cierto
soporte vital para, al menos, mantener el bip, bip sonando con un
segundo de cadencia y no de seguido. Aunque el Villarreal no opine lo
mismo después de no haber sumado un punto. Que puede pasar. O no
ganarle al APOEL.
El Atlético, pues, tocó una vez más la gloria (repasad, repasad, el
palmarés del tercer club del fútbol español), pero el miedo a lo que
viene, la nueva desbandada recaudatoria, deja ya la alegría como a
medias, como ‘interruptus’. Es la maldición de lo Gil, casi un concepto.
En lugar de pensar que este equipazo debería reforzarse seriamente en
defensa y centro del campo para ser aún mejor equipazo y pelear, por
fin, como titanes en una Liga, no es que se intuya, es que poco menos
que se anuncia la marcha segura de Falcao. Y luego estarán los casos de Diego, Arda Turan, Courtois y Adrián,
quizás hasta fichado ya por el Barça a causa de su baja cláusula y con
algún cedido, eso sí, para amortiguar el golpe de la incompetencia de no
haberle puesto el Atlético, club amigo, una rescisión superior. Si sus
dirigentes no saben estar ni a las maduras, cómo serán a las duras en
la entidad rojiblanca. Pues eso. Un veterinario y un productor. Lástima
de Aleti. Tan grande, tan pequeño.
La mente humana tiende a creer que los problemas pueden solucionarse con reuniones u otros conjuros institucionales, sin necesidad de cambiar el contexto que los genera (JOSÉ MANUEL NAREDO)
Ahora sabemos que nada bueno vendrá, si no lo traemos nosotros. (P.GUERRA)