Espera, espera. Cuando te creias que no habia nada mas hardcore que pudieras leer aqui vamos...
Un saludín.
https://as.com/futbol/2017/09/29/primera/1506647450_062357.html
Miguel Ángel Gil Marín: “El Wanda Metropolitano será el orgullo de Madrid”
Cerezo y Gil
Marín explicaron la gestación del estadio del Atlético en As. “Algunos
decían que el tráfico sería terrible y no lo es”.
El Wanda Metropolitano será el orgullo de Madrid”. Esa es la frase. La piensa y la dice Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del Atlético de Madrid, pero la pensamos todos los que hemos visto ese estadio, de debut y de semana grande estos días, de estreno en LaLiga y en la Champions. La piensa también Enrique Cerezo, el presidente atlético, que junto a Gil Marín visitó la redacción de AS
para un almuerzo en el que el nuevo estadio fue hilo conductor del
aperitivo a los postres. “Un estadio así era impensable hace nada”,
dicen. Lo era. “Y lo hemos hecho sin subvenciones”, apunta Cerezo.
El Atlético saca pecho por ese estadio. Es lógico. Y agradece “la paciencia y dedicación del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid”,
cuya colaboración han sido indispensables. “Eso ha sido decisivo para
poder contar con un escenario referente en toda Europa y en todo el
mundo”, reconoce Gil Marín.
La inmensa bandera (338 metros cuadrados y mástil de 40 metros)
ubicada en el acceso suroeste del estadio sirve de faro para el
aficionado rojiblanco, su kilómetro cero. Y desde ahí arrancó hace dos
semanas la nueva historia del club. “Es cierto que en ese punto se
forman aglomeraciones, todo el mundo quiere quedar ahí, así que queremos
crear otros lugares en los que iniciar cada día de partido”, dice Gil
Marín. Si esa bandera es el suroeste, tenemos otros tres puntos
cardinales aún por dibujar. En uno de ellos se levantará el Oso y el Madroño; en los otros, un avión Mirage regalo del Ejército del Aire y unas letras al estilo de las de Coraje y Corazón que ya existen como mejor resumen del espíritu del club.
Málaga, Sevilla y Chelsea han sido los primeros equipos en disfrutar de esa nueva joya de nuestro fútbol (“Azpilicueta y Marcos Alonso
estaban encantados”, contaba Cerezo), un estadio que aún debe dar el
estirón. Queda por hacer, ahí están las máquinas que trabajan
contrarreloj entre partido y partido (670 trabajadores se empleaban a
fondo ayer), y si aventuramos un plazo para que las excavadoras digan
adiós, apuntamos uno: 60 días. Esa es la cifra para tener ultimados los dos accesos desde la M-40,
para habilitar más zona peatonal, para serpentear carriles bici. “Habrá
que crear también otros dos carriles de deceleración para evitar
colapsos”, apunta Gil Marín. Navidades, seguramente entonces
disfrutaremos de un Wanda aún más espectacular. El segundo y tercer
carril de evacuación se aplaza para más tarde, el pacto con el
Ayuntamiento nos lleva al inicio de la temporada 2018-19. “Los partidos
entre semana son ahora mismo el problema, porque la gente sale de
trabajar tarde y no dispone de tanto tiempo para llegar”, asume Gil
Marín, mientras que Cerezo, a su lado, prefiere quedarse con la botella
más que medio llena, casi a rebosar: “Algunos decían que el tráfico iba a
ser terrible, que se tardaría dos horas en acceder al estadio, y se ha
visto que no ha sido así”.
Es cuestión de hábitos, de tiempo, de entender que hay otras líneas de metro más allá de la Línea 7,
la más cercana pero no la única. El club agradece “la paciencia del
hincha y el uso del transporte público”. La colaboración ha sido
ejemplar. “Se tarda mucho menos que en llegar al Calderón”, zanja Cerezo. “El estadio es una maravilla”, redondea.
El almuerzo sigue y el Wanda Metropolitano permanece sobre mesa y
mantel porque es lo que toca. Es el estadio más moderno de toda España,
un referente en Europa y sede de la final de la Champions League de 2019.
Pero, ¿cuánto ha costado? No es elegante hablar de dinero, cierto, pero
en ocasiones hay que bajar a los números, hacer cuentas. Y justo en ese
momento, Cerezo dobla la servilleta y explica. Muy clarito: “Lo hemos
detallado varias veces, pero lo vuelvo a hacer. Nos ofrecieron cambiar
de estadio. Hicimos números y en vez de +80 millones en nuestro balance
contábamos con -170. Y los números son así: 200 millones en obras, 40 en
el desarrollo tecnológico, 60 en parcela y diez en conexiones. Si las previsiones de venta de los terrenos del Vicente Calderón son de 160 millones, entonces nos queda por realizar una inversión de 150”.
Mi panadero, al que compraba el donut todos los días cuando iba al
colegio, decía al cobrarme: ‘Si Pitágoras no miente, diecinueve y una,
son veinte’. Y así es el cálculo que hace Gil Marín: “Para amortizar
toda esa inversión, debemos tener en cuenta las actividades que podemos
desarrollar. Debemos generar consumo, sacar provecho a las zonas VIP gestionadas por la empresa estadounidense Centerplate
(especializada en la explotación de grandes recintos deportivos pero de
estreno en ese campo en Europa), lograr beneficios en el ticketing.
Todo eso puede rondar los 25 millones de euros anuales, lo que significa
que el objetivo es amortizar el estadio en unos seis años”, desglosa
Gil Marín.
Zonas VIP... En eso también el Wanda es puntero. “Es
el estadio de Europa con un mayor ratio de zonas VIP”, aclara el
consejero delegado. Pero no sólo de zonas VIP vive el hombre y la
sensibilidad de Cerezo y Gil Marín está enfocada a que el aficionado
encuentre en todo el estadio su verdadero hogar. “Vamos a seguir
afinando, tratando de solucionar algunas cosas que hemos visto en los
partidos que ya hemos disputado. De las 5.000 entradas VIP que gestiona la empresa norteamericana, aún nos quedan por vender.
Y eso no podemos dejarlo pasar teniendo en cuenta que contamos con
5.500 aficionados en lista de espera para hacerse con una localidad en
el estadio”, explica Gil Marín. Sí, hablamos de unos pocos asientos
libres en un escenario que ha sido centro de todos los flashes en los
últimos días, del que todo el mundo habla maravillas. ¿Cuál es vuestra
impresión?, preguntan Cerezo y Gil Marín. Necesitan ese feedback
(permítannos el anglicismo), quieren saber si la niña de sus ojos lo es
también para el resto del planeta fútbol. “La mía es sensacional”,
confiesa Alfredo Relaño. Y eso que aún queda tanto por hacer... “La seguridad está garantizada, ahí están las puertas presurizadas, las cortinas con irrigación”, dice Gil Marín.
También esas cámaras de seguridad que no dejan un solo rincón sin la
supervisión del Gran Hermano. El Wanda crece sano y feliz, y lo seguirá
haciendo. “Hay que abrir aún la zona de taquillas, la zona de aguas en
el vestuario de los equipos, 16 palcos o más zonas de hostelería”,
detalla el consejero delegado. Pero lo bueno llega. Fijémonos en dos
fechas marcadas en rojo para cualquier aficionado rojiblanco: Barcelona (14 de octubre) y Real Madrid
(19 de noviembre). Ante los blancos, “estará prácticamente todo
acabado”, apunta Gil Marín. “Todo llegará, que el aficionado esté
tranquilo. Pero hay cosas que ya son maravillosas. Hay dos
fundamentales: los asientos, el que haya un metro entre uno y otro...
eso es impagable; y todos los alrededores, con miles de metros cuadrados
para caminar, disfrutar de actividades, comer... Eso es algo que no hay
en casi ningún estadio”, cuenta Cerezo. Y al decirlo disfruta, y al
detallar todo lo que aún queda por hacer se incorpora sobre la mesa y
habla de que el aficionado atlético debe “sentirse orgulloso”.
El almuerzo encara su recta final pero aún no hemos hablado de todo
lo que es el Wanda Metropolitano. Porque no es sólo ese césped o ese mar
rojiblanco en la grada (“la salida de los jugadores en el partido
contra el Málaga, con todas esas banderas ondeando, fue impresionante”,
recuerda Relaño), ni el lavado de cara a La Peineta
(“lo hace particular, es una seña de identidad”, señala Cerezo), estadio
inaugurado en 1994 y al que ahora se ha metido de lleno en el Siglo XXI; porque el verdadero Wanda Metropolitano es el que está por llegar. Y ahí detalla las maravillas Gil Marín:
“Nuestra gran ilusión es tener el campo de fútbol, 100 hectáreas
alrededor para todo tipo de actividades, los 40.000 metros cuadrados de
lo que es hoy el Centro Acuático, pero también contar con una zona para
nuestra academia de fútbol que completaría las de Majadahonda, Alcorcón,
San Sebastián de los Reyes y Alcalá de Henares. Junto al
estadio queremos disfrutar de 90.000 metros cuadrados con un campo para
el equipo B y el Femenino; otros cuatro adicionales y seis para la
academia y el uso compartido con vecinos del distrito, con tarifas
públicas. Eso sería un auténtico lujo para la formación de 5.000 niños y
500 niñas”. Es decir, el paraíso con balón y porterías. Un anillo que
el club pretende tener finalizado en 2019, para la final de la
Champions. Por entonces, el Vicente Calderón será historia, las máquinas
lo habrán derribado y la vida junto al Manzanares no circulará a golpe
de gol. Nostalgia, esa es la palabra. “Nadie ha echado más horas que yo
en ese estadio en los últimos 25 años. Cariño hacia el Calderón, todo el
del mundo. Pero cuando ves el salto que hemos dado se te quita la
nostalgia”, dice Gil Marín.
Al fin y al cabo, no cuesta tanto variar la letra de una canción: cambien aquello de “yo me voy al Manzanares” por “yo me voy por Arcentales”, que incluso rima, y todo listo. Los goles ya llegarán solos. La afición y el equipo están para eso.