Maniche
ya es historia en el Atlético de Madrid. Abel Resino confirmó ayer que
no dejó al centrocampista portugués fuera de la convocatoria contra el
Villarreal por casualidad. Por segunda vez consecutiva, el preparador
manchego excluyó de la lista al medio "por decisión técnica". "Todos
los indicios apuntan a que esta situación se repetirá de aquí a final
de temporada", intervienen desde el club.
A
Maniche no le pilló "de sorpresa". De hecho, el director deportivo
rojiblanco, Jesús García Pitarch, ya le había comunicado, tras ser
eliminados de la Champions por el Oporto, que se fuera buscando
equipo. "Ya lo veía venir, pero eso no me resigna", explicó el jugador
tras dejar el estadio a la velocidad del rayo. Todo un síntoma cuando
suele alargar durante horas su salida del vestuario. Ayer, en cambio,
nada más ver que su nombre no figuraba entre los 18 elegidos para el
partido contra el Mallorca, se refugió en el mullido respaldo de su
coche deportivo de alta cilindrada. "Estoy harto de esta situación,
pero debo ser positivo y no perder la cabeza. Me queda mes y medio de
sufrimiento y entonces seré libre. Mi agente me encontrará un buen
equipo. Seguro", razonó. Su representante, Jorge Mendes, el mismo de
Seitaridis y Simão -también maneja los hilos de Cristiano Ronaldo y
José Mourinho desde la base principal de Gestifute, en Oporto-, ya está
en la tarea. "Debe estar tranquilo. No puede hacer nada. Toca esperar y
no empeorar la situación", alegan desde Gestifute.
Mientras
tanto, en el Atlético también tienen las cosas claras. "Maniche se ha
topado con Abel, la horma de su zapato", sentencian en el cuerpo
técnico. El relevo de Javier Aguirre tiene "cruzado" al internacional
portugués desde que aireó, justo antes de la vuelta europea en Oporto,
que no quería pensar que no estaba jugando porque no deseaban renovarle
el contrato. Abel, que tenía pensado ponerle de titular, cambió de
parecer al considerarlo "una insubordinación". "Me ha cuestionado
públicamente y eso no lo permito", declaró tras el triunfo sobre el
Villarreal.
"No lo hice. Me refería a las altas esferas, a los
directivos, no a él", alega Maniche, al que le pidieron que rectificara
y se negó a hacerlo. "No me puedo retractar de mis palabras porque iría
en contra de mis principios. No engañé a nadie. No dije nada salvaje.
Tan sólo que no quería pensar que había órdenes de arriba para dejarme
en el banquillo", insiste el centrocampista, al que no le preocupa
dejar de entrar en los planes del seleccionador de su país, Carlos
Queiroz: "Me ha dicho que seguirá contando conmigo aunque no juegue lo
que resta de curso".
"A Maniche le han pasado factura por ser tan bocas.
Muchas veces lo más inteligente es morderse la lengua", reflexionan en
el vestuario del Atlético. Justo lo que el jugador lisboeta decía tras
hacer las paces con Aguirre: "En el fútbol tienes que callarte, tragar
saliva y no decir lo que piensas. Tengo que pensar antes de hablar".
"No nos interesa renovarle porque es conflictivo", concluyen en los
despachos, donde tampoco cuentan con Banega, Seitaridis y Luis García.
"Habrá que hacer malabares para que no aparezcan nuevos focos de
tensión", auguran los técnicos. Mientras tanto, Maniche lamenta la fama
de díscolo que arrastra desde que cuestionó la autoridad de Aguirre, lo
que supuso su cesión al Inter: "Me persigue como la peste".
http://www.elpais.com/articulo/deportes/queda/sufrir/mes/medio/elpepudep/20090322elpepidep_6/Tes