kikogol II: Cobarder: Las formas, esa obsesión. Debates interminables sobre las formas, y todo porque lo que hay que evitar a toda costa es entrar al fondo. porque en el fondo, hay lo que hay: dos delincuentes contando billetes y tirando alguno a una corte de pelotas con plumilla, que azuzan a una jauría de chuchos que ladran y enseñan los dientes a lo que les señalen.
Y además, el debate morfológico es inagotable: si se despide brevemente, qué cutre; si es largo y sentido, qué falso; si no lo hace, qué desagradecido. A mi me la pela lo que haga Thomas desde el minuto que se va. No seguiré sus andanzas porque no se lo ha ganado. Tampoco le deseo mal porque no se lo ha ganado. Nos dió buen juego y goles importantes, se los pagamos mediocremente pero le permitimos llegar a la fama para forrarse a libras. No es la más bella historia de amor jamás contada, pero tampoco la más sucia historia de traiciones. Solo una vuelta más en el eterno retorno que supone la gestión delictiva de la familia Gil y su cooperador necesario.
Me parece todo bien, pero yo no puedo dejar de acharcarle lo irse el último día, si se le ha estado empujando a través del ninguneo como se dice, tenía tiempo para hacerlo y salir beneficiado él y no perjudicar al club. Si como creo yo todo forma parte de negociaciones donde todos están implicados, peor.
SALUDOS.
Kikogol II, dos preguntas:
1. ¿Crees que lo de hacer la operación el último día es decisión, en modo alguno, de Thomas? Por supuesto que hay una negociación, y estaría al tanto, pero no veo qué gana el futbolista con levantar la liebre antes, ni tampoco nosotros.
2. ¿Crees que si se va antes del último día, alguna parte del dinero de su rescisión hubiera ido a parar a fichajes? Porque yo ya he visto meterse en la buchaca claúsulas más grandes para luego fichar a nadie, o a nadie y su prima.
Es decir, que para mi gusto, la putada de irse el último día es solo aparente, al menos lo hemos tenido en los primeros partidos (en modo cabeza en otra parte) y realmente el único que se arriesgaba era el jugador, que ante una lesión grave se hubiera quedado sin sueldazo ni renovación, y lo sabemos todos. La secretaría técnica tiene un mes y pasta fresca para fichar, pero no lo hará o hará algún chanchullo de poca monta, porque lo que quieren es cuadrar cuentas.