Es el mejor portero del mundo, y lo saben los rivales y sus compañeros. Si no lo dudan unos ni otros, ¿por qué hacerlo nosotros?. A lo mejor a algunos les da pánico que la perfección no exista, y que incluso un absoluto número uno tenga sus momentos de inspiración y también partidos menos buenos. Los mitos se alimentan a base de de creernos pequeñas mentiras que muy convenientemente olvidamos, para quedarnos solo con el brillo y la gloria. Futre, Pantic, Caminero, Gabi o Torres tuvieron malos partidos. Pero yo no me acuerdo de ellos, salvo que me obliguen, y aún así de forma difusa. En cambio sus mejores momentos... grabados en retina y memoria como si los estuviera viviendo ahora mismo.
Preocuparse de las actuaciones cotidianas de Oblak es terriblemente prosaico, e innecesario conociendo su nivel. La medida de Oblak solo la dará el enorme vacío que dejará cuando se vaya. Idealmente, el día de su retirada.