Por fin lo has logrado, gabacho, gabachín, gabachete (como diría Butanito).
Y creo que te has equivocado, majete, y que vas a cometer el mayor error de tu vida. Vete y pregúntale a algunos que anteriormente hicieron lo mismo que tú vas a hacer. Por ejemplo, a Vieri (que lo reconoció públicamente); por ejemplo, a Falcao (que se arrepintió siempre); por ejemplo, a Diego Costa (que se dió cuenta nada más firmar los papeles y no paró hasta volver); por ejemplo, a Filipe el Moñas (que se volvió corriendo, y casi se vuelve nadando para no perder tiempo); por ejemplo, a Arda Turan (ese que decía que aquí se corría mucho, y que allí a donde parece que tú vas tiró su carrera por el desagüe),.... en fin, no voy a seguir dándote ejemplos, por no gastar más tiempo y porque no merece la pena tratar de ilustrar a quien es un sabelotodo.
Dicen en mi pueblo que a un burro le quisieron hacer obispo y no quiso, y burro se quedó. Pues eso.
Ya vas a estar en la misma mesa que Messi, aunque me sospecho que te vas a encontrar con que, en lugar de tener una silla a su lado, lo que vas a hacer es ponerte debajo de la mesa para ir chupando los huesos que te vaya tirando. Vamos, y para que lo entiendas, te lo diré en tu idioma: en lugar de jugar la final de Roland Garrós, vas a estar en la pista actuando de recogepelotas y llevando la toalla para que los que de verdad importan se sequen el sudor. ¡Qué lastimita! ¡Qué mala cabeza! En dos años te veo en China, o en Arabia Saudí.