MAGIL renovó a Antonio buscando un golpe de efecto al retenerle frente al trampes. Con ello vendía un equipo con jugador top mundial (renovado en colisión con un equipo rico), que acababa de inaugurar un supercampo de fútbol ytalytal.., en el que se iba a jugar una final de Champions que se aspiraba a ganar. Dió un salto mortal y se la pegó. Quería contribuir con todo ello a la explotación económica del erial.
Esa renovación se hizo en precario para poder retenerle. De paso, las condiciones económicas, fueron, con otras cosas de menor importancia, la causa de un problemón en el vestuario, que vemos como ha acabado. Reventó el esqueleto del vestuario y nos eliminaron de Champions. Las cuentas no daban para el gran salto.
MAGIL renovó al Cholo y se cargó el vestuario. Y lo de Antonio ahora, es pagar en la otra parte (que se lucró, a costa de lo que le suceda en el vestuario del trampes, que es otra historia), el error propio. MAGIL, está cabreado consigo mismo. Y lo está pagando como estamos viendo: patadas en el trasero ajeno, aunque alguna esté bien dada.
El fútbol es un sentimiento que se lleva muy adentro...y se concreta en el Atlético de Madrid.