Mira que no hacían más que hablar de opciones de ex-madridistas para venir y al final resulta que no viene un ex, sino un pro.
De todas maneras, al final seremos minoría. En el Calderón, en un mismo partido, se ovacionaba a Reyes y se silbaba a Raúl García.
No, que no puede ser. Un tío que vive a cientos de kilómetros, que se dice profesional y que aspira a salir de donde está y cruzar el charco, no puede retratarse públicamente como lo ha hecho y después esperar ser bien recibido en otro lado que no sea donde quiere ir.
En fin, ya sé que todo esto del fichaje es mercantilismo puro y duro, pero es que visto en frío y en caliente, es como si me despojaran algo de mi esencia.