—¿Cómo va su adaptación al Atlético y a la liga española?
—Bien, estoy contento, he cambiado de liga y de país. Me estoy
habituando poco a poco al Atlético, estoy satisfecho de cómo están
saliendo las cosas porque tenía que adaptarme a un sistema de juego
nuevo, a una liga diferente...
—Ha tenido que esperar su oportunidad, pero cuando ha llegado
no ha fallado. Seis partidos, seis victorias y dos goles en contra…
—Sabía que cuando decidí venir aquí lo hacía a un equipo importante,
que pelea al máximo cada competición, cada partido, pero eso era mi
oportunidad. Por eso he trabajado en los entrenamientos. No ha sido
fácil para mí el comienzo, el no jugar durante algunos partidos, pero he
tenido paciencia, trabajando duro en cada entrenamiento y ahora estoy
contento por cómo están yendo las cosas.
—He observado que los aficionados del Atlético le tienen en
gran estima por la imagen que transmite en el campo de central duro,
contundente y sin miramientos. ¿Le gusta esa imagen?
—Claro que me gusta que me observen así. Sí, los siento detrás de mí, y
es importante, también para mis compañeros. Realmente es una fuerza para
todo nuestro equipo.
—Dicen que el fútbol italiano es como la universidad para un defensa. ¿Es cierto?
—Totalmente. Pero tengo que decir que tuve un entrenador italiano
también, Mancini, cuando estuve en el Manchester City. Después pasé a la
Fiorentina y allí coincidí con Montella, con el que creo que crecí
mucho y me he preparado para lo que viene aquí, las cosas más
importantes.
—Aunque si hablamos de nivel defensivo, el del Atlético es el
mejor de Europa ahora mismo y de aquí salió también Miranda que ahora,
en el Inter, le miran como el mejor defensor del Calcio…
—Sí, en el Atlético se trabaja la fase defensiva muchísimo, todo el
equipo, a mí me encanta. Tengo 24 años, todavía soy joven, pero creo que
en estos cuatro meses he progresado y todavía tengo mucho margen de
mejora.
—Ser titular en este Atlético no es fácil.
Además por delante tiene la pareja uruguaya que forman Godín y Giménez,
que se conocen muy bien. ¿Se ha sentido en desventaja con ellos?
—Cuando vine ya sabía que iba a haber una competencia enorme, no sólo
en defensa, pero siempre, durante toda mi carrera, he creído en mi
calidad y en mí mismo. Peleo para ser titular, quiero serlo y por eso
trabajo, después es el míster es el que decide.
—Le ha puesto ya la elección muy difícil a Simeone.
—(Risas). No lo sé, esa pregunta debe hacérsela al entrenador.
—¿Siempre quiso ser futbolista y defensa?
—Sí, siempre, desde que era niño. Con seis años empecé a jugar en mi
ciudad, en Brskovo, después en el BSK Borca, y jugué en Montenegro hasta
los 16 años antes de salir a Serbia.
—¿Quién era su ídolo?
—Alessandro Nesta, siempre.
—Se le comparaba con él en los inicios de su carrera.
—Tal vez por lo mucho que le observaba, era un ejemplo para mí.
—Antes de salir de Montenegro a Serbia, al Partizán, estuvo a punto de irse con Wenger al Arsenal. ¿Qué pasó?
—Era jovencísimo. Con 17 años fui allí a probar un par de semanas.
Creo que me fue bien, acabé contento, no sé por qué al final no firmé,
pero quizá por todo lo que he vivido después fue hasta bueno para mí. La
experiencia estuvo bien, salía de una ciudad pequeñísima e iba a probar
con un club top, imagine para un chico. Tiempo después he jugado contra
el Arsenal en Champions, así que no me fue mal.
—Se marchó a Serbia, al Partizán. ¿Cómo es un Estrella Roja-Partizán?
—Caliente, es uno de los derbis más intensos del mundo. Ahora el
Partizán no está bien, está por detrás del Estrella Roja en la liga y se
quedó fuera el jueves de la Europa League, pero es un gran club con una
afición impresionante, remontará seguro.
—Partizán y Estrella Roja son enemigos, pero los hinchas del
Estrella Roja tuvieron un detalle con usted impresionante cuando perdió a
su padre. (Dragan, su padre, era presidente de la asamblea
municipal cuando fue encontrado muerto en su apartamento y los hinchas
del Estrella Roja mostraron una pancarta de apoyo a Stefan).
—Sí, fue un gran detalle, han estado muy gentiles. Todo el mundo en
Serbia tuvo un gran comportamiento conmigo, los hinchas del Estrella
Roja, del Partizán… Fue un momento muy difícil, durísimo, pero el mundo
del fútbol me ha dado fuerzas para superarlo.
—Siempre le dedica sus éxitos a su padre.
—Así es, cuando he ganado títulos. Él era mi modelo.
—Con 19 años debutó en la Champions con el Partizán. Ha vivido una carrera vertiginosa.
—Sí, contra el Shakhtar. Fue increíble para un chico de mi edad jugar
cuatro partidos, muy bonito. Más para alguien que llevaba desde los 16
fuera de casa, fuera de su país. Pero mi familia siempre me ha
acompañado.
—Siempre ha estado cerca también de los niños del Brskovo, de su primer equipo. Les ayuda económicamente.
—Sí, les ayudo con uniformes nuevos, balones… cuando puedo voy allí y
hablo con los chicos. Es lo máximo para mí, ayudar a una ciudad tan
pequeña. Sé lo que significa para los niños. Intento siempre ayudar a
mis paisanos.
—Un año en el Partizán y después al City, donde ganó la Premier.
—En Partizán lo ganamos todo y recibí la llamada de un club top. No
podía rechazarlo, era un paso importante. Era jugar con futbolistas que
veía cada fin de semana en la televisión y que admiraba. No me puedo
quejar, era jovencísimo y participé en el título de liga.
—Ha jugado en tres grandes ligas: Inglaterra, Italia y
España. ¿Cuál ha sido el delantero más difícil al que ha tenido que
enfrentarse?
—Tengo que decir que cada día en el City tenía que vérmelas con
Agüero, Tévez, Dzeko y Balotelli, cuatro fortísimos, así que tenía un
examen cada día. El Kun es uno de los mejores del mundo. Sé que aquí
hizo cosas importantísimas.
—Con su selección frecuentemente juega de lateral derecho. ¿Ha avisado a Juanfran y a Gámez de que tengan cuidado?
—(Risas). Lo hago, creo, porque tenemos una carencia en ese puesto
con la selección. Yo puedo jugar ahí, pero mi puesto preferido es el de
central. Si hay necesidad, estoy disponible. Hablaré con ellos para que
me den consejos…
—Precisamente un centro suyo como lateral es uno de los mejores recuerdos del fútbol montenegrino.
—Y mi momento preferido. Histórico. El centro que acabó en el gol de Delibasic,
el 2-2 contra Inglaterra, que nos permitió jugar el playoff de la Euro
2012, fue en el último segundo. Delibasic acabó chocándose con el poste.
Es lo más lejos que ha llegado Montenegro.
—Ahora aterriza el Athletic con ustedes segundos. Es un
equipo de mucho temperamento, como el Atlético, y con Aduriz y Raúl
García. ¿Cómo se les frena?
—Desde el bloque, como hace todas cosas este equipo. Esa es nuestra
fuerza, la solidaridad en el campo, todos defienden. Raúl es un chico
excepcional, espero que no tenga su día.
—¿Qué significa para usted tener a Godín de profesor?
—Hablamos de uno de los mejores centrales del mundo, nos ayuda cada
día. Por eso vine aquí. Sabía la competencia que iba a haber, pero había
llegado el momento de probarme al máximo, de estar en un equipo top y
competir después de unos años muy buenos en Florencia. Si crees en ti
mismo, se llega a conquistar el puesto que deseas.
—Ganó la Premier, ¿el sueño es ahora ganar la Liga española?
—Sí, sueño con ganar cualquier cosa con el Atlético. Ahora somos
segundos, pero el objetivo es ir partido a partido. Es difícil competir
contra un equipo como el Barcelona. Vamos paso a paso. Yo creo que
podemos llegar muy alto.
—¿Cómo es Savic fuera del campo? Dicen que es un apasionado de la pesca…
—(Risas). Ha visto las fotos con mis compañeros de la Fiorentina. Sí,
en pretemporada íbamos siempre a Moena y cuando tenía tiempo libre iba
con compañeros balcánicos. Soy un chico muy tranquilo, serio, me gustan
los deportes, sigo el baloncesto…