Yo siempre tiendo a asociar las cosas que me pasan a lo largo de los años con los lugares en los que cada cosa me pasó, y así recuerdo, que por ejemplo, el gol de Pantic en Zaragoza me pilló en Buenos Aires y los de Kiko y el Cholo en Barcelona. Otro de Vieri, aquel en UEFA sin portero desde casi el córner, que me pilló en Almaraz, Cáceres, y como olvidar el de Miranda, que me hizo revolcarme por el suelo en un bar de Córcega; los de Futre el rubio alemán me pillaron en barcelona, pero mucho mas joven, en otra etapa. Todos ellos grandes goles, como el que le clavó Raúl García al barça de cabeza en su primera etapa en el equipo, y que provocó que me llamaran la atención en un restaurante en Clermont-Ferrand, Francia.
Como gol que he celebrado con mas rabia, emoción y casi desafiando a los multiples ciervos que ya cantaban victoria..., fué cuando Albertini marcó de falta y con Luis Aragonés celebrandolo con ese estilo tan particular; por cierto, ese partido lo vi en un bar de la calle toledo, un poco mas arriba de la puerta de toledo. Recuerdo un señor muy mayor, atlético de bufanda en ristre, riendose a carcajadas mientras mascullaba un "... ahora que se arrasquen...".