Yo estoy absolutamente tranquilo, está final es nuestra, lo saben ellos, lo sabemos nosotros, lo sabe todo el Mundo.
En la grada no va a haber color, eso no es nuevo, ni algo que cambie. Medio estadio comera pipas, hasta que se larguen dejando a los suyos tirados, mientras que el otro medio se dejará la vida por los suyos, en las buenas y en las malas.
Nuestro entrenador es infinitamente mejor que el suyo, desde un punto de vista técnico, motivador, y bajo cualquier prisma que se mire. Eso lo sabe hasta el vikingo más furibundo.
Y por último, y lo más importante, somos mejores, somos mejor equipo, de aquí a Lima, eso es indiscutible, pero es que individualmente también. Yo apenas cambiaría a ninguno de los nuestros por alguno de los suyos, de facto a ninguno, evidentemente, pero de manera objetiva, mirando sólo lo futbolístico, es que tampoco. Pero además, llegamos fuertes, llegamos con una plantilla mucho más amplia que a Lisboa, y con muchas variantes, y con 15 días para prepararla. Ellos en cambio llegan sin haber ganado ningún partido importante este año (lo del Camp Nou, entonces para el Barsa no lo era) y habiendo jugado un torneo de verano para llegar a la final, y lo saben.
Con todo, todos sabemos como llegamos a aquella final, y como la perdimos, con todo en contra pudimos y debimos ganarla. Ahora, si no fuera el trampas con lo que significa de repulsión, y se llamara de otra manera el rival, todos nos sentiríamos muy tranquilos porque somos más y somos mejores. Olvidaros de quiénes son (sobre todo hasta la final, porque van a bombardearos sicológicamente con toda su basura, porque es lo único que tienen), vayamos tranquilos y ganemos, porque es lo que hay, lo saben ellos, y en realidad, nosotros también. Dejadles con su prepotencia, sus camisetas de festejo y sus gilipolleces (los del Bilbao también comían percebes y bebían champán, antes, luego lloraron).
El Cholo no va a dejar nada a la casualidad, lo tiene entre ceja y ceja, y si ese DIOS lo tiene entre ceja y ceja... ¿Cómo no vamos a estar tranquilos?
Cuando estábamos en Bucarest las fuerzas de la tropa flaquearon en un momento dado, el ánimo se vino un poco a bajo y entró el miedo a la derrota. Yo estaba muy tranquilo (testigos hay), porque sabía que ganábamos y ganábamos bien y fácil, porque éramos mejores, porque salvo un par de jugadores, ninguno de los suyos jugaría en nuestro equipo ni en sus mejores sueños. Ahora pienso exactamente igual. Esta final es nuestra, porque aunque el fútbol es caprichoso, que un Numancia gane a un Bayern una final es más difícil que el hecho de que te pueda tocar la loteria tres veces seguidas.
Ningún miedo, absoluta tranquilidad y estar seguros de la victoria, porque no sólo nunca dejamos de creer, sino que además somos mucho mejores en todo. Venimos de eliminar a los dos mejores equipos, sin duda, no podemos dejar de ganar a lo que sería el Escalerillas de esta Champions. (y os recomiendo que se lo recordéis a cualquier vikingo que os echéis a la cara, con suficiencia: "sois el jodido Escalerillas, ni os presentéis", dadles su propia medicina, a litros).
Y sobre todo, de aquí a la final, no consuman, nada, cero, escuchen sólo la voz de Dios cuando tenga que decirnos algo.
Forza.