Pues a mí me parece que el mensaje del ínclito cornudo, que lo es, Sacchi, independientemente de sus halagos, que me la soplan, en lo deportivo es digno de un bocachancla e indigno de alguien que se hace llamar profesional del fútbol. Más bien sería propio de un ignorante en esa materia, que es lo que siempre me ha parecido que es, alguien que vivió de tener a Baresi y un grupo a su alrededor impresionante, pero poco más. De hecho en ese equipo había varios jugadores que eran más entrenadores que él. Sus sistemas, por muy revolucionarios que fueran, eran propios de un loco, y sólo se soportaban por los jugadores que tuvo en el Milán. Sólo hay que ver como acabaron todos los imbéciles tipo Lillo, Maturana, el filósofo y cornudo y demás que siguieron su escuela.
Y es un ignorante porque lo que dice de la lancha y el transatlántico cualquiera que sepa algo de fútbol sabe que es falso. Si hubiera dicho: "va a jugar una torpedera nuclear camuflada de lancha pesquera de laboriosos pescadores, contra una renqueante y anárquica remolcadora por la que han pagado precio de transatlántico", hubiera estado muy de acuerdo.
Hubo otros equipos fuleros que bien o mal organizados y entrenados sí tenían un montón de jugadores de alta cotización deportiva (la monetaria me la sopla, siempre hay tontos que compran sucedáneo a precio de Beruga). En cambio este transatlántico lo es porque tipos como él, y sobre todo porque los medios y megáfonos fuleros no se cansan de repetirlo.
Empezando por la porteria, ocupada por un palomitero que el Cholo y su equipo técnico desestimaron cuando estaba cerrado, seguido por una línea defensiva aboslutamente sobrevalorada y carnicera. Aquí ni voy a analizar, la diferencia es tanta que no merece la pena hacer un análisis serio de lo que es la línea de cuatro más portero de los nuestros (sí, los nuestros, pertenencia), con la de los suyos (que de todas las líneas seguramente sea la que más se identifica son su asquerosa camiseta). Como mucho podría hacer una comparativa entre Lucas y el franchute lesionado, cualquier otra comparación me parece demasiada ofensiva, hasta para ellos.
En el medio campo su buque insignia (por seguir con las analogías marineras), es ése croata con cara de amigo feo y pesado que te encuentras en cualquier fiesta y todos quieren evitar, y que cuando le ves a las 12h estás seguro que te encontrarás de nuevo a las 4h bañado en su propia pota. Futbolísticamente es un buen elemento, cierto, pero si jugara en otro equipo, no sería considerado ni la mitad de lo que lo es. De hecho vagó de manera penosa por varios equipos antes de ser vendido como el gran centrocampista del mundo mundial. Se ha hecho estrella por jugar donde juega, y realmente es lo más potable de ese equipo. Del resto, tampoco voy a decir mucho, su esperanza blanca, aunque sea negro, es un tipo con "casi" nombre de monstruo del cepillo de dientes que te manda a dormir a ritmo de Siniestro Total (espero que sea premonitorio). En cualquier equipo portugués, que es donde estaba, sería un jornalero, poco más. Donde juega no deja de ser un parche o remiendo necesario, y que escandaliza a su ser superior (imagino que le deben quemar las carnes cuando le ve sobre terreno de juego y al que congregó miles de snack, de platillo para acompañar una cerveza, el día de su presentación, sentado en el banquillo). Y esto se debe a que los que si le gustan al ínclito (grandes vendedores de camisetas del sudeste asiático) no defienden ni cuando se equivocan.
En frente, esa lancha que dice el italiano enajenado, hay una línea de oplitas, dotados además de una alta calidad técnica que serían tituales indiscutibles en el otro equipo, por experiencia, por calidad, por oficio y por muchos otros motivos, pero hasta los suplentes. Koke simplemente se mea en el feo de la fiesta, (incluso antes de que pote), en mi opinión.
Y arriba tienen la joya de su corona, según ellos, esa cosa con nombre de medio de comunicación inglés (nosotros por contra tenemos la CCC, mucho más patrio, Cojones, Cojones y más Cojones). Cierto que los tres pueden hacer daño, y cierto que tienen nivel, pero yo no los cambiaría ni jarto de vino por los nuestros. Nadie en su sano juicio cambiaría hoy un cromo de Antoine por uno de la Cristina (por mucho que salga en tanga turbo naranja -hay algo más feo que un hombre se pueda poner-, marcando paquete y abrazado a un marroquí semi desnudo en plan cariñoso). Y en cuanto a Fernando, creo que ellos darían lo que fuera no ya por tener un futbolista de ese nivel, que seguro que no de cara al público (aunque siempre han babeado por él, en la intimidad, como los políticos moralistas recalcintrantes y doctrinantes que se dedican a ir de turismo a Thailandia), sino lo que significa ser un jugador franquicia, adorado por su afición y parte ya para siempre del escudo.
Si miro al banquillo la verdad es que todavía el torpedero nuclear enmascarado de lancha pesquera me parece aún más poderoso. Desde los centrales a la punta. Es comparar futbolistas de un nivel descomunal con un futuro increíble, (Correa, Carrasco, krane, Lucas Giménez/Savic -el que juegue, que creo será Savic- o profesionales que son fútbol, como Gámez o Tiago) con poligoneros elevados a calidad de estrella a golpe de Marcaca, Asqueroso y demás programas de camiseta fulera, sea de sobremesa o nocturnos.
Señor Sacchi, su idolatrado transatlántico no me da ningún miedo, al contrario, porque ni siquiera he tenido que entrar a valorar los cojones que ocupan una y otra embarcación, (argumento éste que hubiera sido imprescindible, casi único clavo al que agarrarse hace unos años), el rigor táctico y disciplinario de una y otra embarcación, ni los vientos que van a empujar a unos y otros desde la grada, que aunque no jugamos, sentimos, vivimos y morimos por este partido, los de la lancha, porque los del transatlántico creo que, más que pasajes para un transatlántico de guerra, sacan pasajes para un crucero de placer para jubilados de ésos de tour operador rancio.
Si hablamos de los capitanes de ambas embarcaciones... ¿mejor no, verdad? tampoco hay que hacer mofa y escarnio gratuito. Podría sonrojar al más fiel de los cornudos. Hasta ronciervo se pondría con el culo en pompa, sólo ataviado con su camiseta de imbécil prepotente para que el Gran y Glorioso Capitán de nuestro enmascarado buque insignia del fútbol mundial le irrumpiera fuertemente por el orto. Que le den a usted también por ese mismo orificio, señorino.